madrid. "Si no llegamos a subir impuestos, ahora estaríamos rescatados". Mariano Rajoy justificó ayer de ese modo ante la dirección de su partido haber incumplido sus promesas electorales y traicionado sus raíces ideológicas. Fue la respuesta del presidente del Gobierno a Esperanza Aguirre, cabeza visible de la rebelión contra la política fiscal de su gabinete, cuando la influyente dirigente del ala más conservadora del PP volvió a reclamar más recortes en los servicios públicos y menos impuestos durante la reunión semanal del comité ejecutivo nacional.
Hubo interés por ambas partes en filtrar a la prensa la conversación. El aparato del partido intentó trasladar una imagen de unidad más allá de la desavenencia puntual en una cuestión que se le escapa de las manos al Gobierno por las urgencias de la crisis. Mientras que Aguirre reforzó su oposición al incremento de la presión fiscal y se apuntó un tanto, sin estar cerca de la jugada, al trasladar a los periodistas que intuía una bajada de impuestos en 2014.
El fatalismo lo explica todo y más la acción de un gobierno entregado al cumplimiento de las exigencias de Europa. Contó Rajoy lo obvio, que España estuvo "a punto del crack", en el mismo borde del abismo del rescate. Y añadió que la única posibilidad de evitar la caída era aumentar los ingresos con otro giro de la tuerca fiscal. El resultado fue a grandes rasgos una nueva subida del IVA hasta el 21% y una recarga temporal en el IRPF que no se eliminará el próximo año como había prometido el Ejecutivo central.
También hubo una réplica a Aguirre del ministro Cristóbal Montoro, quien recordó que el primer gobierno de Aznar tardó tres años en bajar los impuestos tras llegar a La Moncloa también en plena crisis. Sin embargo, el terreno de juego es diferente en esta ocasión por el calado de la actual recesión, por la obediencia debida a los socios de moneda, así como por los menores instrumentos monetarios de los que dispone el Estado dentro del euro.
Los populares ya han reconocido sin llegar al ecuador de la legislatura que van a fracasar estrepitosamente porque dejarán más paro del que encontraron. Esa afirmación pueder convertirse en un sumidero de votos en las elecciones locales de 2015 para sus barones regionales.
Rajoy intentó tranquilizarlos con un mensaje positivo. El Gobierno "no quería subir" los impuestos y los bajará "en cuanto pueda", con una fecha "límite", precisamente el año 2015, según explicó María Dolores de Cospedal en la rueda de prensa posterior. Esperanza Aguirre interpretó por ello que no puede descartase una bajada fiscal el próximo año.
Aunque la dirección niega que haya un enfrentamiento con el sector más radical, los populares están cada vez más divididos en esta materia que hasta ahora se había lidiado a puerta cerrada. Aguirre es la voz de los que plantean una reforma decidida de la administración para no tener que volver a tocar impuestos o pensiones y anuncia batalla.
"El PP no quería subir impuestos y los bajará en cuanto se pueda
con el límite de 2015"
maria dolores de cospedal
Secretaria general del PP