Bilbao. Las cajas de ahorros tradicionales vascas celebraron ayer sus asambleas ordinarias en las que se aprobaron las cuentas y los presupuestos de las Obras Sociales de Vital, Kutxa y BBK para este 2013. En el caso de la caja vizcaina, su presidente, Mario Fernández, informó que la partida que se destinará será de 32,8 millones de euros. Pero para ello, es necesario que el Banco de España dé su conformidad a que la caja destine el 100% del capital obtenido del dividendo que ha recibido de Kutxabank a ese fin, ya que en teoría la ley limita el importe al 50%. Es algo que también se repite en las otras dos cajas de la CAV.

Desde que las cajas vascas crearon Kutxabank -el banco al que transfirieron todo su negocio bancario- su principal papel es el de gestionar las Obras Sociales. Según el acuerdo de integración, Kutxabank destinará cada año al menos el 30% de su beneficio a ese fin -cantidad que se divide en función del número de acciones que tiene cada caja, BBK recibe así el 57%, Kutxa el 32% y Vital el 11%: el dividendo-. De cara al 2013, las tres cajas han sumado a ese importe fondos propios y/o remanentes del presupuesto del año anterior. Según explicó ayer el presidente Fernández, para que BBK pueda utilizar todo el dividendo obtenido de Kutxabank a su Obra Social -15,9 millones de euros- es necesario que el Banco de España lo apruebe. "Es obvio que la proforma propia de una entidad de crédito, es prácticamente inaplicable a nuestro caso como consecuencia de la reiterada transmisión de activos y pasivos", argumentó, "a estos efectos se ha solicitado del Banco de España, con informe favorable del Departamento de Hacienda y Finanzas del Gobierno vasco, la autorización exigida por la ley, con objeto de que pueda destinarse el importe íntegro de los beneficios obtenidos por BBK a Obra Social".

El mandatario también hizo un repaso a la actualidad económica y se mostró alarmado ante el devenir de un sector, el financiero, en el que "algunas reglas del juego han cambiado y nos afectan de manera fundamental". En esa línea, aseguró que pronto "habrá una nueva regulación sobre la propia configuración de las cajas de ahorros" como consecuencia de las exigencias del rescate español. En especial, el dirigente explicó que la troika pretende que las cajas de ahorros se transformen en fundaciones especiales y que la obligación de constituir un fondo de reserva en la fundación y la de diversificación de sus activos por parte de la misma -algo que afectaría a BBK-, "pueden afectar muy seriamente a la Obra Social".

En cuanto ala situación económica global y estatal, el también presidente de Kutxabank se mostró muy crítico al asegurar que "no existe precedente, ni uno solo, de una gran economía que haya superado la recesión solamente con ajustes fiscales".

Además, Mario Fernández abrió la puerta a futuras reestructuraciones laborales o salariales dentro del grupo que dirige al asegurar que "el gasto por empleado es incomparablemente superior al de nuestros competidores", añadiendo que "tenemos intención de llegar a acuerdos con las centrales sindicales con objeto de adoptar las medidas necesarias para incrementar la rentabilidad, que es lo mismo que garantizar puestos de trabajo y la Obra Social".

La mitad La realidad de los números indica que el pasado 2012 los beneficios de Kutxabank cayeron un 65% con respecto a los de las cajas en 2011, -Kutxabank obtuvo un beneficio neto consolidado de 84,6 millones de euros-, por lo que en consecuencia la partida de la Obra Social será menor, según la explicación de los mandatarios de las cajas. En BBK, la asamblea aprobó ayer unas cuentas por valor de 32,8 millones de euros cuando en 2012 se destinaron 69 millones al mismo fin. El presidente subrayó ante las críticas de los grupos presentes en la asamblea que denunciaron la baja de esa partida, que "el dinero de la Obra Social viene de la actividad financiera".

Desde la caja vizcaina se insistió en que pese a que esa cifra supone rebajar a la mitad la partida del año anterior, la actividad de la Obra Social de BBK no variará su estrategia. Según explicó ayer Fernández, la entidad mantiene "el compromiso vocacional y voluntario" con la sociedad de Bizkaia. Jorge Morquecho, director de la Obra Social de BBK, añadió después que la caja dará prioridad al mantenimiento de sus programas "troncales" del plan de lucha contra la crisis, que generan empleo y tienen un impacto social y económico positivo. La vizcaína se ha marcado como objetivo singular la lucha contra el desempleo juvenil.

Otra de las prioridades de BBK en 2013 consistirá en garantizar el mantenimiento de los programas realizados con recursos propios a través del conjunto de centros y espacios propiedad de la Obra Social, así como de los puestos de trabajo directos asociados a estos centros.

Vital y Kutxa Por su parte, la asamblea de Kutxa aprobó ayer un presupuesto de 14,9 millones de euros para su Obra Social, lo que significa una reducción de más de un 60% respecto al pasado ejercicio, gracias al apoyo del PNV, PSE-EE, PP, CCOO y Pixkanaka a la propuesta de la dirección. También la asamblea de Caja Vital dio su visto bueno por mayoría al presupuesto de su Obra Social para 2013, que ascenderá a 6,5 millones de euros.

La situación más reñida se vivió en la asamblea de la caja guipuzcoana, dónde el presupuesto de la Obra Social fue aprobado con el voto a favor de 39 consejeros, el rechazo de 33 y dos abstenciones. Es la misma mayoría que logró situar a Xabier Iturbe como presidente de Kutxa en la anterior asamblea.