Bilbao. Uno de los pilares básicos de la economía moderna, la banca, sigue en el punto de mira en el caso de la economía española, sin poder escapar de los fantasmas del pasado reciente. Si hace diez meses esa columna empezó a desquebrajarse de forma peligrosa hasta hacer tambalear a todo el sistema -a punto estuvo de lograrlo-, los posteriores trabajos de restauración -con importantes inyecciones de dinero- no parecen haber dado sus frutos. Al menos eso es lo que opina Moody's, una de las tres grandes agencias de calificación cuyo trabajo es valorar la fiabilidad y confianza que transmiten empresas o instituciones varias.

La agencia de calificaciones de riesgo anunció ayer que mantiene al sector bancario español en perspectiva negativa tras realizar sus análisis. Es una situación que no ha variado desde 2008 y que implica que según esta empresa, la situación puede empeorar. Esto significa que Moody's no ve una notable mejoría en la banca española pese a que tras la solicitud de rescate que el Gobierno español realizó en junio de 2012 algunas cosas han cambiado en el sector. A cambio del dinero del rescate ingresado ya, las entidades financieras españolas, todas, tuvieron que someterse a unas rigurosas auditorias, una especie de streptease -término acuñado por Mario Fernández, presidente de Kutxabank- que reveló las fortalezas y debilidades de cada una de ellas. Un severo examen que en el caso de las entidades vascas, superaron con nota.

Tras ese proceso se clasificaron los diferentes bancos y cajas -solo quedan dos- en grupos según su nivel de solvencia. Las que necesitaron fondos para su recapitalización ya los han recibido y se han impuesto una serie de condiciones severas y exigentes con un calendario estricto. Es más, el proceso de bancarización de las antiguas cajas de ahorros aún permanece en marcha y en función de esas exigencias que llegan desde Europa, las cajas podrían perder el control mayoritario de los bancos que han creado -algo todavía hipotético pero que podría suceder si la Comisión Europea persiste en su empeño-.

Riesgos Probablemente la banca estatal sea la más controlada dentro de la unión monetaria del euro, pero para Moody's ese hecho no evita que algunos riesgos permanezcan inalterables y por ello ha decidido mantener esa perspectiva "negativa" para todo el sector. Ni siquiera la mejora de los niveles de capital de los bancos que admite la firma ha hecho variar este hecho.

Según argumentó ayer en una nota, lo hace porque cree que existe riesgo de que persistan las condiciones recesivas de la economía española, así como por las restricciones de acceso a los mercados de las entidades. Moody's critica asimismo la elevada dependencia del Banco Central Europeo que sufre el sistema español y su considerable exposición al Gobierno español.

La agencia estima que el PIB español seguirá cayendo -calcula una bajada del 1,4% para este año- y que en ese entorno la banca seguirá sufriendo. "Los mejorados niveles de capital, en parte por los esfuerzos de recapitalización, no compensan completamente estas fuentes de presión sobre el rating, especialmente si la economía no mejora notablemente durante 2013", señala Moody's.

Según lo expuesto, Moody's espera que las condiciones operativas a nivel doméstico "sigan siendo difíciles" debido a las condiciones recesivas del entorno económico. Además las presiones que sigue sufiriendo la debilitada deuda española -que también está expuesta a factores externos como las recientes crisis de Chipre o Italia-, seguirán pesando sobre la banca estatal. Y este último es un factor muy poco controlable por parte de las entidades. En ese sentido, la firma otorga a la deuda soberana española una calificación negativa de Baa3, lo que equivale a estar al borde del bono basura.

En su último informe Outlook, la agencia explica que espera que continúe el deterioro "significativo" de "todas las clases de activos", lo que ejercerá "una presión continua" sobre la rentabilidad y el capital de las entidades. Moody's apunta también que, si bien la tasa de morosidad de la banca disminuyó en diciembre como consecuencia de la transferencia de activos a la Sareb -el banco malo-, sin tener en cuenta el efecto de esta operación, Moody's prevé que la tendencia al alza de los préstamos problemáticos continuará.

También ha influido en esta decisión el acceso de las entidades a los mercados, que permanece limitado en el entorno de recesión que vive también Europa, así como la mencionada dependencia que como consecuencia tienen los bancos de la financiación del BCE.

Ni siquiera la mejora de los niveles de capital de los bancos que admite la firma ha hecho variar la calificación

La agencia critica

la elevada dependencia del Banco Central Europeo que sufre

el sistema español

La debilidad de la banca estatal quedó de manifiesto tras la debacle de Bankia. Foto: EFE