vitoria. La negociación entre la dirección de Michelin y su comité intercentros entró ayer en una fase de no retorno donde las posturas quedaron prácticamente definidas. Después de tres encuentros previos, ambas partes fijaron las líneas básicas para alcanzar un acuerdo que permita a Michelin adaptarse a la compleja situación que atraviesa el sector sin perder un ápice de competitividad. Así, el acuerdo más determinante fue el mantenimiento del sistema 5X8 (cinco turnos de ocho horas) como alternativa imprescindible para el reparto del trabajo y la salvaguarda del empleo. Teniendo en cuenta que el planteamiento inicial de la firma francesa pasaba por el despido de 300 trabajadores en sus cuatro plantas -un centenar de ellos en Vitoria-, el mantenimiento de este sistema siempre se ha considerado una "línea roja" infranqueable, tal y como ya le hicieron saber UGT y CCOO a la dirección el pasado día 22 en Lasarte.
Asumida por tanto esta exigencia como base de sistema de trabajo, la representación de la compañía movió ficha. Y como en cualquier intercambio de impresiones en una negociación de estas características, puso precio al gesto asumido. En este caso, un reajuste a la baja de los pluses de los trabajadores del quinto equipo, así como la prórroga del salario de nuevo ingreso como mínimo hasta los 24 meses, seis menos de los esgrimidos en el planteamiento inicial. "Este punto lo hemos despachado rápido porque no hay nada que negociar en estos momentos. Estamos hablando de analizar la flexibilidad de la planta y no de la tipología de los contratos, así que no hemos profundizado más allá de considerar injusto y peligroso querer mantener durante dos años a los futuros nuevos trabajadores con un sueldo de principiante", sostuvo por teléfono un portavoz de CCOO.
pérdida de pluses Así que el grueso de la discusión, "las lagunas y los obstáculos" que para UGT impiden dar por finalizadas aún las negociaciones, se centró en los diversos pluses vinculados al 5X8 que cada trabajador recibe por trabajar los fines de semana y algunos festivos. A grandes rasgos, cada uno de estos operarios -unos 1.500 en Vitoria- recibe de media unos 350 euros al mes por este concepto que al cabo del año se traduce en cerca de 6.000 euros. Una cuantía considerable que ninguno, lógicamente, está dispuesto a perder. "En situaciones donde la bajada de la producción nos obligue a cerrar, ese límite estará en la reducción proporcional de nuestro plus de sistema según vayamos dejando de trabajar en fines de semana y festivos, pero nunca en la pérdida de salario", advirtió CCOO a través de un comunicado.
Al margen de estas disputas, el ambiente invita al acuerdo. En eso coinciden todas las partes, salvo ELA, LAB, ESK y CGT, que unidos en una plataforma común, advierten que la oferta de Michelin "sólo pretende precarizar el empleo".