vitoria. Según datos de la patronal vasca, Confebask, la CAV perdió el pasado mes de febrero 79 empresas y 399 autónomos de modo que, en lo que va de año, han desaparecido ya 718 sociedades y 1.097 trabajadores por cuenta propia. Según la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) -entidad a la que está vinculada la Asociación Vasca de Autónomos que dirige Emi Sánchez-, en el conjunto del Estado son casi 400 autónomos los que cada día cesan su actividad.
Por primera vez desde el año 2006 el número de autónomos baja de los tres millones. ¿Tiene fin esta tendencia?
Estamos viviendo una sangría continuada, tanto en España como en el País Vasco, aunque quizá aquí no sea tan acusada. Según las estadísticas de la ATA de diciembre hablaban que el porcentaje de pérdida de autónomos en la CAV era del 0,6% mientras que en España era del 0,9%. Estamos un poquito por debajo. Desde entonces, los datos de enero y febrero reflejan que la sangría es menos fuerte aunque el número de trabajadores por cuenta propia sigue bajando. En España en enero y febrero la pérdida es del 0,4% y por eso hemos bajado de la barrera de los tres millones de autónomos -son 2.997.000- y en el País Vasco un 0,2% menos. Aunque se ve una cierta mejoría, seguimos en crecimiento negativo.
El sector del comercio, tradicionalmente fuerte en el colectivo, es con el de la construcción el sector que más autónomos pierde. ¿Incide la bajada del consumo?
Sí. Hay que tener en cuenta que entre el total de autónomos del País Vasco un 25,2% pertenece al sector del comercio, lo que supone un porcentaje muy alto. Hay mucha cultura comercial tanto en Euskadi como en el Estado, dónde ese porcentaje llega al 25,9%. Es un sector importante y también y de los que se ve más afectado. El consumo se ha reducido de forma muy clara en el día a día por la coyuntura económica y las perspectivas que tiene el ciudadano. Y eso incide sin duda en muchos comerciantes autónomos que se han visto obligados a bajar la persiana, también porque su músculo para hacer frente a esta situación es menor. Si el consumo se reduce de forma tan exagerada como en los dos últimos años, los comercios pequeños son los primeros tocados. Hay otros sectores, como el de la educación, los seguros o las actividades sanitarias, en los que tímidamente aumenta el número de autónomos. No deja de ser significativo, que aunque es un incremento pequeño, se dé.
La subida de IVA ha sido un golpe muy duro y algunas asociaciones reclaman incentivos para activar ese consumo.
Sí, yo creo que hasta el que no se ha visto directamente afectado por la crisis, hasta el que no ha tenido pérdida de ingresos en su entorno familiar, ha reducido el consumo de manera muy significativa. Yo creo que la gente está como congelada. Está esperando a ver si las noticias, en los medios de comunicación y lo que nos cuentan los políticos mejora. En general estamos retenidos. Retenidos y condicionados a la hora de comprar y consumir. Al que ha perdido un trabajo no se le puede pedir que consuma o que sea solidario. Pero hasta el que no ha visto bajar sus ingresos está a la espera de esas mejores expectativas, que parece que van llegando, pero seguimos congelados. Los medios son también responsables porque la negatividad paraliza la actividad.
Aunque el número de autónomos baja, algunas empresas han despedido a trabajadores que han subcontratado como autónomos, como es el caso de algunos repartidores. ¿Está extendida esta política?
Se da. Estamos observando una política muy similar a la que desde hace ya más de diez años se lleva en Europa. Estamos haciendo lo mismo. La fórmula de los autónomos cuyos ingresos dependen en un 75% o más de una misma empresa es una figura completamente legal. Es lo que nosotros llamamos falso autónomo y sigue como repito, una tendencia europea. No nos queda otra que acoplarnos a la situación.
¿Hace el autónomo una apuesta por el empleo?
La gran empresa no está haciendo una puesta como la hacen los autónomos a favor del mantenimiento del empleo. La mayoría de los autónomos, un 95%, tienen como máximo dos o tres trabajadores a su cargo. Son empleados que, en muchos casos además, llevan años trabajando con el autónomo y que forman parte casi hasta de la familia. A un autónomo que ve caer los ingresos de su actividad le cuesta muchísimo decirle a un empleado que va a aplicar la reforma laboral de algún modo. Está claro que la gran empresa no tiene la misma implicación sentimental o emocional hacia los trabajadores porque no la puede tener. Si los números son los que son, las empresas aplican la legislación que les permite el Gobierno. ¿Por qué no?
Los autónomos se han visto inmersos en varias reformas. Una de ellas incide en la retención de IRPF que se les aplica, que ha aumentado.
Según las últimas estrategias que han lanzado por la Ley de emprendimiento, el IRPF que se retiene ha llegado al 20%. Es cierto que se ha incrementado con respecto al año pasado. Hablamos también de la limitación en cuanto a los módulos. También está legislado que el autónomo decida no estar en módulos. A partir del año 2014 se va a restringir muchísimo el número de personas que puedan entrar en el régimen de módulos. De cualquier modo, siempre se hace una regulación de la retención a final de año. Sí que es verdad que le adelantamos la liquidez a Hacienda pero luego se hace una comprobación. También a los trabajadores del régimen general se les ha incrementado ese IRPF.
¿No es contradictorio que haya planes para inyectar liquidez -como el último proyecto del Gobierno Vasco presentado esta semana- y que por otro lado Hacienda retenga parte de esa tesorería?
Es cierto sí. Por eso desde asociaciones como ATA, una de las medidas que se propone es no pagar el IVA hasta cobrar las facturas. Este es un régimen especial que se va a poner en marcha a partir de 2014, para que cualquier autónomo de manera voluntaria pueda acogerse, para evitar ese problema. Que adelantes o financies de alguna forma a la administración cuando el primero que necesita ese colchón de tesorería es el autónomo. No tenemos por qué financiar a las administraciones.
Además, desde las asociaciones se ha pedido poner fin a los retrasos en los pagos. ¿Hay avances?
Ahora con la Ley de emprendimiento que se acaba de aprobar hay una ampliación del plan de pago a proveedores. Los deudores deberán establecer una agenda de pago que según el Gobierno será vigilada estrechamente. Se ha aprobado una Ley reguladora de la facturación electrónica obligatoria en las administraciones públicas, para llevar un seguimiento estrecho. Y se han aumentado los interese de mora. Se ha concretado que para los proveedores en general el plazo de pago será de treinta días -que es un adelanto con respecto al año pasado- y que en las administraciones el plazo pueda alargarse en base a una serie de supuestos hasta los sesenta días, pero con un incremento en los intereses. Es otra vuelta de tuerca para que se efectúen los pagos y que se reduzcan los plazos. De cualquier forma en Euskadi este problema no ha afectado de la misma forma que en España. Aquí el impago de las administraciones públicas no llega, ni de lejos, a lo que se ha vivido en otros sitios. Las administraciones públicas vascas han llegado a retrasarse hasta sesenta días como máximo, cuando se puede comprobar que a nivel estatal ha habido auténticas burradas.
La pasada semana el Gobierno español aprobó por primera vez la jubilación anticipada para trabajadores por cuenta propia. ¿Es un avance?
Lo es. Ahora tenemos derecho como el resto de trabajadores. En el caso de los autónomos, desde los 63 años si es de forma voluntaria y desde los 61 si es que el autónomo no tiene trabajo. Las equiparaciones llegan poco a poco pero también es verdad que aportamos menos que cualquier trabajador del régimen general a la caja común de la seguridad social y tenemos que ser justos. Hasta los 55 años el 99% de los autónomos paga la base de cotización mínima pero eso no quita que existan injusticias como que las condiciones de jubilación son ínfimas.
Los avances llegan poco a poco.
Si hablamos del régimen de la seguridad social, el autónomo es el que menos ha peleado y así tenemos lo que tenemos. Si comparamos con los trabajadores del régimen general llevamos años de retraso y los sindicatos han trabajado de forma inteligente defendiendo las mejoras que los autónomos no han visto. Por ejemplo, hasta el Estatuto de los Trabajadores Autónomos ni siquiera teníamos derecho a agruparnos en asociaciones que pudieran defendernos. Hasta enero de 2012 no entró en vigor el cese de actividad que permite a los autónomos cobrar el paro, pero es algo todavía polémico, porque a un autónomo le cuesta mucho demostrar los requisitos exigidos. Para optar, tienes que haber cotizado previamente 48 meses y por lo menos doce de ellos tienen que ser los inmediatamente anteriores. También tienes que haber cotizado previamente un importe adicional a la cuota que pagas en el régimen de autónomos. Y además tienes que demostrar de forma objetiva y rigurosa ante las mutuas que has sufrido pérdidas de más del 50% de tus ingresos. Así que muchos autónomos tienen problemas para que las mutuas den el visto bueno y eso que no hablamos de grandes cantidades. Habiendo demostrado todo eso, tienes derecho a cobrar dos meses de paro.