BILBAO. Junto con el paro, las dificultades de las familias y la empresas a la hora de pagar las cuotas de sus créditos es una de las caras más sociales, más pegadas a pie de calle, de la crisis. Las dos van más allá de las frías estadísticas y las dos están batiendo récords negativos con alarmante facilidad, precisamente porque están fuertemente vinculadas. Por ello, mientras los analistas advierten de que la situación se está agravando, la morosidad ha sido la última en romper su techo.

Según el Banco de España, los bancos, cajas de ahorros, cooperativas y el resto de establecimientos financieros de crédito que operan en España registraron en octubre una morosidad del 11,23%. En lo que va de año, el ritmo de crecimiento mensual ha sido de 4.886 millones de euros, hasta llegar a un volumen de créditos dudosos de 189.618 millones. Con este nuevo impulso, la tasa de morosidad del sistema financiero español acumula dieciséis subidas mensuales consecutivas. Para buscar el último descenso mensual hay que remontarse a junio de 2011, cuando la morosidad bajó al 6,41% desde el 6,48% de mayo.

Nunca en el historial de la estadística se había superado un 11% de tasa de morosidad y lo peor es que el dato de octubre consolida la tendencia negativa en el último tramo ya que el anterior récord se marcó justo en septiembre con un 10,7%.

las cajas vascas, mejor La situación en Euskadi es radicalmente diferente. Kutxabank se mueve en torno a una tasa de morosidad del 5,5%, la mitad que la media del Estado, mientras que Caja Laboral Ipar Kutxa está ligeramente por debajo del 7%, también en una zona sensiblemente inferior al resto del sistema bancario.

En la anterior crisis, el nivel más alto de morosidad del Estado se registró en febrero de 1994 con un 9,15%. Esa brecha de más de dos puntos entre ambas marcas históricas pone de relieve la crudeza de la recesión actual. Pero la comparación con la cifra de octubre del año pasado (7,4%) no deja ninguna duda sobre el progresivo debilitamiento de la economía española.

Los créditos morosos totales del sector financiero español crecieron en 7.392 millones de euros en octubre comparado con septiembre, tres meses después de que España solicitara el rescate bancario a la Unión Europea. Los préstamos morosos alcanzaron en octubre 189.618 millones sobre una cartera crediticia global de 1,688 billones de euros, que se redujo en algo más de 1.000 millones de euros frente al mes precedente. En concreto, el crédito global del sistema financiero se ha desplomado un 5% en los últimos doce meses, lo que se traduce en 90.009 milloned menos, mientras los dudosos han escalado en el mismo periodo un 43,7%, con un salto de 57.651 millones.

Ese deterioro de la cartera de crédito tiene su reflejo en los balances bancarios. Así, los bancos que operan en España ganaron un 63,7% menos en los nueve primeros meses del año, hasta 3.386 millones de euros, tras realizar un notable esfuerzo de saneamiento de sus créditos hipotecarios. En concreto, se han provisionado 25.581 millones, según datos facilitados ayer por el secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Pedro Pablo Villasante.

El número dos de la patronal bancaria considera que la morosidad no va a tener un crecimiento "alto o acelerado" en los próximos meses porque en el Estado existe el compromiso de pago. En una rueda de prensa, Villasante reconoció que la mora tiene una tendencia creciente, pero afirmó que tiene cobertura adecuada gracias a la provisiones.