Bilbao. La economía vasca está sumergida, de nuevo, en una dura recesión que ya arrastra cuatro trimestres consecutivos de crecimiento negativo, o lo que es lo mismo, un crecimiento del Producto Interior Bruto menor al del trimestre anterior. Los datos oficiales, confirman que el PIB de la CAV ha registrado en el tercer trimestre una caída del 0,4% con respecto al trimestre anterior. Según el avance del Eustat, la caída respecto al mismo trimestre del año anterior es ya del 1,3%.

La foto de la economía vasca cada vez se parece más a la de la actividad española. Es más, la CAV ha registrado un trimestre peor que el de España. Aunque hay matices. La ralentización económica europea y de los países emergentes, acentuada este verano, puede servir para entender que la economía vasca, centrada en la exportación ante la casi nula actividad del mercado interior, haya caído en ese tercer trimestre un punto más que la economía del Estado, porque según el INE, el PIB español ha caído un 0,3% en el tercer trimestre y deja una tasa interanual del 1,6%.

Lo cierto es que las ventas de la CAV en los mercados exteriores han caído un 3,1% en los primeros ocho meses, algo que puede explicar porque Euskadi acumula un año de recesión, pero no es la única causa. El Avance de las Cuentas Económicas presentado ayer por el Eustat explica que, además de la industria -fuertemente tocada-, también el sector servicios presenta grietas.

El conjunto del sector de servicios, por primera vez desde el cuarto trimestre del año 2009, sufre un decrecimiento debido especialmente a la contracción de los servicios de no mercado. Desde el punto de vista de la oferta, la evolución interanual ha sido negativa para todos los sectores excepto para el sector primario.

Si durante los primeros meses de la crisis la CAV pudo mantener el tipo, merced a su menor exposición al ladrillo, el golpe de esta nueva tormenta económica generada tras la crisis de la deuda de la eurozona ha tumbado las expectativas. España está en el foco y sus movimientos se vigilan con lupa. Ello ha empujado a los últimos Gobiernos -españoles y autonómicos- a impulsar recortes y subidas de impuestos. Y ello, inevitablemente, ha ralentizado el consumo, frenando la producción industrial. Esa situación no es exclusiva de España, por lo que los países a los que tradicionalmente exporta Euskadi también han disminuido sus pedidos.

Con todo ello la industria vasca -la economía vasca es principalmente industrial- padece intensamente las consecuencias de la crisis en este momento. Concretamente, la producción industrial de la CAV sufrió un descenso del 8,4% en septiembre, con respecto al mismo mes de 2011, según explicó esta semana el propio Instituto Vasco de Estadística.

Con la industria y el sector servicios dañados -y la estadística es del verano, antes de la subida del IVA-, el PIB sigue cayendo. Es el cuarto trimestre en rojo tras ocho trimestres con crecimientos intertrimestrales positivos, y los efectos no se han hecho esperar.

Menos empleo El empleo, medido como puestos de trabajo, ha intensificado su retroceso en ese tercer trimestre de 2012. Con respecto a los datos de abril a junio, la caída, según Eustat, es del 0,7%. El hundimiento con respecto al mismo trimestre del año anterior es del 2,7%.

El mercado laboral vasco sufrió durante el verano los efectos de esa caída del PIB y según la encuesta de Población en Relación con la Actividad (PRA) que confecciona el propio Eustat, en ese tercer trimestre se destruyeron 9.100 puestos de trabajo. En los últimos cuatro trimestres han desaparecido en la comunidad autónoma vasca 33.400 empleos. El descalabro es tal que el número de ocupados, algo más de 905.000 personas con empleo en ese tercer trimestre del año, es el más bajo de los últimos diez años. En 2008, justo antes de comenzara la primera recesión, se alcanzó el máximo, con 987.100 puestos de trabajo de media anual. De momento, la media provisional del año se sitúa en los 910.600 y la tendencia que apunta la encuesta de la PRA es claramente negativa.

A esa tendencia, ya plasmada en cifras estadísticas, hay que sumarle la situación de algunas empresas que ya han anunciado su intención de presentar EREs de rescisión, aunque la peor parte se la llevan las firmas que se ven abocadas al cierre. Y en eso el año tampoco está siendo positivo. La CAV cerrará 2012 con la mayor cifra de quiebras de su historia. Entre enero y septiembre se han presentado 395 concursos de acreedores, apenas seis por debajo del récord de 2011. Y los empresarios alertan ya que el año próximo también se presenta duro.