Vitoria. No estaba en la agenda pero varios líderes europeos discutieron ayer cuales serán las condiciones del segundo rescate a España. No estaba previsto pero, como cada vez son más las voces que apuntan a que en pocas semanas el Gobierno de Rajoy dará el paso de pedirlo -se insinúa que incluso podría llegar este mismo mes-, los principales jefes de estado trataron el asunto en la cumbre europea iniciada ayer en Bruselas. Entre ellos el presidente de la República de Francia -François Hollande- y la canciller alemana -Angela Merkel- que se erigieron ayer como los líderes de una Europa todavía muy dividida. Los dos, junto al primer ministro italiano, Mario Monti, se reunieron para discutir cómo activar ese rescate para que España pueda financiarse en mejores condiciones.

Todo parece ya listo para cuando Rajoy pida ese socorro. Así lo aseguraron el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn; el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy ; y el del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso. "Sé que el Gobierno está considerando esto -solicitar la ayuda a sus socios europeos- con una mente abierta y nosotros estamos dispuestos a actuar si hay una petición de España", incidió Rehn al respecto.

Además, si en las últimas semanas se había especulado con la posibilidad de que Alemania se opusiera a ese rescate, ayer Merkel trato de despejar las dudas al afirmar que "es España en solitario la que debe decidir si necesita más asistencia del MEDE (mecanismo europeo de estabilidad). Lo he dejado claro en mis conversaciones con el presidente español una y otra vez". En una comparecencia ante el Bundestag -la cámara baja alemana- previa a la cumbre, aseguró además que las condiciones de la nueva ayuda "están marcadas por las directrices". Van Rompuy y Durao Barroso coincidieron al señalar que la decisión de pedir una ayuda financiera "corresponde a España".

Dos Europas Además del acoso a los países periféricos, el caballo de batalla aún sigue siendo la unión bancaria pactada en junio y que no acaba de activarse. Ambos países -Francia y Alemania- mantuvieron ayer el liderato de dos facciones todavía distanciadas. Los ministros de Finanzas de Alemania, Holanda y Finlandia publicaron en septiembre una declaración conjunta en la que cuestionaban tanto los plazos para la entrada en vigor de la recapitalización directa de la banca -prevista para enero de 2013-, como su carácter retroactivo para España. Mientras, Francia, España e Italia defienden la puesta en marcha del supervisor bancario a partir del primero de enero de 2013, como se acordó en ese importante encuentro estival.

Merkel aseguró ayer que los líderes europeos no tomarán ninguna decisión en esta cumbre, tras insistir en que los ministros de Finanzas de la eurozona discuten todavía "los detalles" del mecanismo único de supervisión bancaria. Hollande, por su parte reclamó "responsabilidad" y exigió que se respeten los acuerdos alcanzados el pasado mes de junio. Pero Merkel no cambió de opinión y defendió su discurso de "calidad antes que velocidad".

Para el Gobierno de Rajoy la recapitalización directa de la banca española a través del fondo europeo de rescate es un tema capital ya que de esa manera la ayuda europea no computaría como deuda pública.

Mientras Merkel y Hollande escenificaron sus profundas diferencias en la visión de cómo debe responder el bloque a la crisis, ayer se abrió un nuevo frente. Lo hizo la propia canciller germana, quien por la mañana apostó por aumentar las competencias del comisario europeo de Asuntos Monetarios y Económicos, equiparándolo con el comisario de Competencia, para que pueda revisar los presupuestos nacionales e incluso vetarlos y devolverlos al parlamento.