Aunque tanto en Bruselas como en Madrid la consigna oficial es que España no necesita de momento ningún rescate porque se está financiando con comodidad en los mercados, el Gobierno sigue enviando mensajes contradictorios que apuntan a que sigue sondeando una posible intervención de los socios de la eurozona para rebajar la presión sobre su deuda. El último en apuntar en esta dirección fue ayer el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, quien confirmó que están en conversaciones con la UE analizando "alternativas" y buscando "la decisión más beneficiosa" para España.
"Cuando hablamos de rescate hablamos de la intervención del BCE en el mercado secundario. Entendemos que los diferenciales de deuda no responden a lo fundamental de la economía española, que hay una penalización por las dudas sobre la irreversibilidad del euro y unas deficiencias en la transmisión de los impulsos de la política monetaria", explicó. Sin embargo, la intervención del BCE en el mercado secundario de deuda, tal y como ha repetido en más de una ocasión su presidente, Mario Draghi, está condicionada a que España pida previamente ayuda al fondo de rescate europeo. Una intervención que no está exenta de condiciones y esas son las que quiere atar antes el Gobierno de Mariano Rajoy.
"España de momento no ha tomado ninguna decisión sobre este asunto. Lo único que he dicho y reitero es que la decisión que tomemos queremos madurarla, queremos meditarla, queremos saber cuales son las condiciones", advirtió ayer Rajoy poco antes de reunirse con su homólogo italiano, Mario Monti, y el presidente francés, François Hollande, en Malta. Y es que tal y como explicó ayer la número dos del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, la petición del rescate no es cuestión de tiempo sino de concreción. "Si se pide lo que ustedes llaman rescate (...) que se haga sabiendo que es mucho mejor tomar esa decisión que no hacerlo y con todos los elementos de juicio sobre la mesa", advirtió.
La apuesta del Gobierno, según explicaron ayer fuentes del ministerio de Economía, es seguir confiando en los mercados porque se encuentran "en una situación muy cómoda", con una relajación de la prima de riesgo y un mayor interés de los inversores extranjeros en la deuda española. Hasta ahora, precisaron, ya están cubiertas el 88% de las necesidades de financiación para este año y quedarían pendientes de subastar 10.000 millones de euros. "El nivel de credibilidad de la economía española está mejorando sustancialmente. El mercado percibe que se están corrigiendo los desequilibrios", estiman.
Esta es la tesis que defiende también el Eurogrupo, que asume que un rescate "no es inminente" porque la presión de los mercados se ha suavizado y España se está financiando sin excesivos problemas. "Si se examina la situación actual del mercado no veo ninguna necesidad de que España pida ningún tipo de programa", aseguró ayer un alto cargo europeo que se permitió bromear sobre los continuos anuncios de que España pedirá el rescate. "Si una medida como esa tuviera lugar estoy convencido de que no es inminente", zanjaba. Lo mismo opina otro de los diplomáticos procedentes de uno de los países fuertes de Europa. Asegura que si España pide un rescate todo está preparado para responder pero insiste en que a la vista de la evolución de los mercados "la situación no es desesperada" y "no hay estrés".
En todo caso, la situación económica de España sí será el próximo lunes, 8 de octubre, el plato fuerte en la reunión que mantendrán en Luxemburgo los ministros de economía y finanzas de la Eurozona. El Eurogrupo espera del ministro Luis de Guindos que presente en detalle el plan de reformas y el Presupuesto de 2013 aprobado a finales de septiembre para determinar si las medidas incluidas son suficientes o no para cumplir con el objetivo de déficit. "Lo que el Eurogrupo hará es escuchar al ministro español y verificar hasta qué punto se ajusta a lo que se espera en términos de ajuste presupuestario y de aplicación de las reformas", explicaba un alto funcionario. La primera valoración es que las medidas van en la buena dirección, aunque admiten que España lo tendrá difícil para cumplir. "No digo que vayan a incumplirlo pero no va a ser fácil". El Eurogrupo también estudiará la situación económica de Grecia, Portugal y Chipre.