Madrid. La banca española inicia hoy una carrera a contrarreloj para cerrar fusiones y reforzar su capital tras la publicación de las pruebas de estrés que miden la capacidad de las entidades para soportar una debacle económica hasta 2014.

Los resultados del examen de la consultora Oliver Wyman, que se publicarán tras el cierre bursátil y se presentarán en rueda de prensa, desvelarán las necesidades de capital de los principales bancos españoles, el 90% del sector, desglosadas por entidades. A finales de junio, la misma firma calculó que las catorce entidades analizadas necesitarían entre 51.000 y 62.000 millones para afrontar las pérdidas esperadas de buena parte de la cartera de créditos hasta finales de 2014.

En las últimas semanas se especulaba con que la cifra final estaría en la parte baja de la horquilla, pero fuentes financieras creen que en los últimos días una revisión entidad por entidad ha hecho que la cuantía ascienda en la mayoría de casos.

Una excepción sería Bankia, que habría visto reducidas sus necesidades de capital iniciales, y que eran próximas a los 26.000 millones.

Las pruebas se han hecho en base a dos escenarios económicos, uno normal y otro estresado, en el que el PIB español cae un 4,1% en 2012, un 2,1% en 2013 y un 0,3% en el año siguiente, lo que llevaría la tasa de paro al 27,2%.

Ese supuesto extremo incluye otras variables como el precio de la vivienda, que se desplomaría un 19,9% este año, un 4,5% en 2013 y un 2% en 2014, mientras que el suelo perdería un 72% de su valor en el acumulado de los tres años.

Los expertos consultados coinciden en que las mayores necesidades de capital del sector, unos 40.000 millones, se cubrirán con la ayuda europea de hasta 100.000 millones e irán destinados a las cuatro entidades en manos del Estado, Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia.

En el lado contrario se situarán el Banco Santander, BBVA y CaixaBank, con capital suficiente para resistir el hipotético descalabro de la economía, lo que les afianzará como los mejores candidatos para liderar nuevas fusiones.

Junto a las tres grandes entidades, unos analistas incluyen también a KutxaBank, Bankinter y al Sabadell, aunque otros creen que esta última entidad, al igual que el Banco Popular, necesitará capital sin tener que recurrir a ayudas públicas.

fusiones con problemas No obstante, advierten de que si el déficit del Popular supera al 2% de sus activos de riesgo, como algunos temen, deberá desinvertir antes de que acabe el año para evitar emitir bonos que en un futuro el Estado podría canjear por acciones del banco. Otra entidad con escasez de capital pero con capacidad de reforzarlo sería Unicaja, si no se une con Caja España-Duero, cuya situación preocupa a buena parte del sector financiero.

En el caso de que esa fusión finalmente se cerrara, el grupo podría verse arrastrado a pedir ayudas públicas, como a juicio de la agencia Fitch le sucederá a BMN, Liberbank y Caja 3.

Por todo ello, la conclusión principal de los expertos es que la publicación de los estrés test no devolverá la confianza en el sector y será necesario que se ponga en marcha el "banco malo" y se cierren nuevas fusiones.

Las pruebas de estrés servirán para determinar qué entidades son inviables y deberían ser liquidadas de forma ordenada, una salida, a juicio de los analistas, a la que está abocado el Banco de Valencia y que podría estudiarse para CatalunyaCaixa o Novagalicia.

Para Bankia, sin embargo, auguran su continuidad en solitario, aunque con una reducción notable de su tamaño.