Berlín. El presidente del Bundesbank, el banco central alemán, Jens Weidmann, ha advertido al Banco Central Europeo (BCE) contra el inicio de un nuevo programa de compra de deuda pública y afirmado que ese tipo de financiación puede "crear adicción como una droga". "Una política de ese tipo es para mí cercana a la financiación estatal mediante la máquina de imprimir dinero", afirmó Weidmann en declaraciones que publicó ayer el semanario Der Spiegel.

Añadió que "en las democracias deben decidir los parlamentos y no los bancos centrales sobre una tan amplia mancomunización de los riesgos". Asimismo subrayó que si los bancos centrales de la zona del euro adquieren deuda pública de determinados países "los títulos acabarán figurando en el balance del sistema del euro" y "al final deberán responder los contribuyentes de los restantes países". Tras destacar que esa no es la forma de resolver los problemas básicos de la crisis, comentó que "la lluvia de dinero de los bancos centrales no haría sino despertar ambiciones existentes". "No deberíamos infravalorar el peligro de que la financiación a través de los bancos centrales puede crear adicción como una droga", declaró Weidmann, quien además ve amenazada la independencia del BCE.

Pese a todo, Weidmann consideró que no existe un riesgo inmediato de inflación, aunque advierte de que "si la política monetaria es manipulada para convertirse en la solución política de los problemas, acabará viéndose relegada su meta cada vez mas a un segundo plano". El presidente del Bundesbank es contrario además a que el BCE se vea comprometido "a garantizar a cualquier precio la permanencia de los países miembros en la zona del euro". Por ello consideró que a la hora de decidir si Grecia debe permanecer en el euro "debe jugar también un papel que no sufra una mayor pérdida de confianza la construcción marco de la Unión Monetaria y que las condiciones político económicas de los programas de ayuda mantengan su credibilidad".