Vitoria. Enrique Ardura y Aitzol Tellería son dos emprendedores de Zerain (Gipuzkoa) que hace un tiempo fundaron la cooperativa Txirbil, enrolada en el sector de la madera y el mueble. Coincidió su lanzamiento con tiempos de bonanza y crecimiento, años donde el trabajo sobraba y las perspectivas de futuro se antojaban extraordinariamente optimistas. Pero estalló la burbuja inmobiliaria y con ella saltaron por los aires, o casi, numerosas industrias auxiliares como las de la madera y el mueble. La cooperativa guipuzcoana no fue una excepción, así que viró su plan estratégico y enfocó su negocio hacia la calidad más que la cantidad. Apostó en definitiva por la exclusividad dentro de un sector que hace tiempo que agoniza.
Después de dos años de trabajo acaba de culminar con éxito una bicicleta de madera que ya ha sido testada y homologada y que cuenta incluso con marcas extranjeras interesadas en conocer las particularidades del artilugio. Según revelan estos dos emprendedores, hasta Japón han llegado ya las noticias de esta singular bicicleta.
El ejemplo es perfectamente válido para resumir la comparecencia de prensa que ayer ofrecieron en Vitoria los responsables de Confemadera, la patronal española de los empresarios de este sector: las empresas madereras y del mueble no tienen más remedio que reinventarse y encontrar su nicho de mercado si pretenden sobrevivir.
700 empleos destruidos "El abrigo de la construcción es seguro que no vale ya, así que deberíamos explorar canales como el de la reforma y la rehabilitación de viviendas", sugería Francis Huidobro, presidente de la patronal y responsable a su vez de Femabask (Federación Empresarial de la Madera y el Mueble de Euskadi).
Según los datos del primer cuatrimestre de este año, las empresas vascas del sector continúan en un estado muy grave en cuanto a caída de pedidos y evolución del empleo -unos 700 puestos de trabajo perdidos-, si bien, dentro de las pérdidas ha logrado estabilizarse. "A peor no podíamos ir, de lo contrario estaríamos hablando de la desaparición del sector", argumentó Huidobro. Así, en los primeros compases del año Euskadi ha pasado a ser la cuarta comunidad más exportadora con 44 millones de euros (14 millones procedieron de Álava), un 2% menos que el ejercicio pasado a estas alturas que a priori, según el propio Huidobro, "no es un dato tan malo" si se atiende al balance importador, donde el País Vasco se ha hecho menos dependiente del exterior. Entre enero y abril, las importaciones bajaron un 21%, manteniéndose China como el país más influyente en este campo. En 2011 vendió a Euskadi por valor de 6,5 millones de euros.
La radiografía nacional del sector en este mismo periodo corrió a cuenta del secretario general de Confemadera, Francesc de Paula, que cifró en 800 millones de euros (+3%) las ventas sectoriales al exterior. De ese guarismo, 354 millones correspondieron a las manufacturas de la madera y el resto, al mueble. Cataluña lideró la faceta exportadora nacional, seguida de Galicia, Valencia y el País Vasco.