Vitoria. La situación en Laminaciones Arregui comienza ya a ser desesperante. El desánimo entre la plantilla es cada día más evidente y los síntomas de agotamiento han comenzado a desatar las primeras tensiones entre los propios trabajadores. Por si fueran pocos sus problemas, la dirección de Celsa Atlantic añadió ayer más leña al fuego al rechazar la retirada del ERE de extinción, que afecta a 352 operarios de las fábricas de Vitoria y Urbina. En la tercera reunión en el Preco, dos abogados del grupo catalán y los 18 miembros del comité intercambiaron impresiones durante casi tres horas. Mientras tanto, en la calle y bajo un calor sofocante, el resto de compañeros aguardaba la llegada de buenas noticias. Un deseo que finalmente no se produjo porque al filo de las 14.30 horas se levantó el acta sin acuerdo alguno. La negociación continuaba estancada, en punto muerto, y lo que es peor, sin ningún viso de avanzar. La empresa, advirtió ayer, ni se va a volver a reunir más ni va a modificar sus condiciones, que la plantilla tacha de "inasumibles": 91 despidos, rebaja salarial del 30% y aumento de la jornada laboral en 100 horas, entre otras. Para entonces, las noticias del fracaso se filtraron al exterior, lo que enrareció el ambiente. Al grito de "sinvergüenzas" y "ladrones", el momento de máxima tensión se produjo al filo de las tres de la tarde, con la salida de los abogados de la empresa, que tuvieron que ser escoltados por la Ertzaintza ante los abucheos y empujones de los trabajadores. El incidente no fue a mayores y la plantilla celebró una improvisada asamblea en un parque cercano. "Para bien o para mal el día 15 de junio -fin del periodo de consultas- saldremos de dudas, pero la sensación es que la empresa nos quiere chantajear", resolvió el comité.
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