cuando Kelian Gutiérrez decidió hacerse unas rastas allá por el año 2005 no se imaginaba que el cambio de look vendría acompañado de un giro de 180º en su carrera profesional. Y es que pasó de trabajar en una agencia de publicidad como diseñador a inventar la primera herramienta eléctrica pensada para crear y mantener las rastas.
La investigación fue el primer paso de esta aventura empresarial. Tras empaparse sobre las distintas técnicas que existían para realizar este peinado, este joven amurriotarra de madre peluquera se decantó por el método más natural -a base de una aguja que entrelazaba el cabello- y, quizá, también el más laborioso. "Tardé dos o tres días en hacerme las rastas y fue entonces cuando me di cuenta de que era un trabajo que se podía mecanizar", recuerda.
Ahí comenzó el desarrollo de la idea: ¿Por qué no crear una herramienta capaz de agilizar ese movimiento lineal? El proceso fue lento pero fructífero. Apoyado en su red de contactos, Kelian fue dando forma al proyecto. "A base de enredar mucho y gracias a la ayuda de amigos y familiares, realice el primer prototipo", confirma.
A finales de 2006 contactó con una ingeniería y poco después logró la patente. "Tuve que ir a una consultoría de patentes donde, tras comprobar que no era una mejora de algo que ya existía, sino un producto nuevo, me la otorgaron", explica.
La empresa, con sede en Bilbao, lleva en marcha un año. Hasta el momento ha producido una serie de 300 máquinas, de las cuales gran parte ya tienen dueño. Uno de ellos es Óscar Guinea, propietario de las peluquerías Oscar G, quien tras probar la herramienta, denominada Klixer, descubrió las numerosas aplicaciones que alberga. Así, además de las rastas, esta máquina sirve para conseguir volumen, cardar, aplicar puntos de fijación a los peinados, así como lograr diferentes efectos y texturas.
colaboración Oscar G se ha convertido en uno sus principales prescriptores. De hecho acaban de poner en marcha una colaboración conjunta de la que ha surgido una colección con cuatro ideas para recogidos de ceremonia realizados únicamente con Klixer y sin ninguna horquilla. Cuatro estilismos que se podrán visualizar a través del canal de You Tube de Klixer, así como desde la página de Facebook de ambas firmas.
El área de formación se ha convertido, por tanto, en uno de los pilares de la empresa y actualmente es ahí donde están centrando sus esfuerzos: "Por un lado, estamos realizando talleres para explicar cómo funciona y por otro, estamos generando documentación para apoyar la parte práctica". Paralelamente, y aunque ya ha despertado el interés de países como Australia, Francia, República Checa o EEUU que han conocido la herramienta vía Internet, también tienen previsto acudir a diferentes ferias del sector para dar a conocer el producto de una forma global.
El peinado rastafari ha acompañado a este joven emprendendor durante los seis años que ha durado la puesta a punto de Klixer. "Cuando vi la evolución del producto, y las distintas posibilidades que ofrecía, decidí quitármelas. Era el momento oportuno de cambiar", concluye satisfecho al ver que su idea ya es una realidad.