GASTEIZ. Fernández, que ha participado este miércoles en Gasteiz en unas jornadas empresariales, se ha referido a la última reforma del sistema financiero aprobada por el Ejecutivo central y a la decisión de que dos auditorías privadas de EE.UU. y Alemania realicen un diagnóstico sobre los bancos y cajas españoles.

El presidente del banco surgido de la integración de las tres cajas de ahorros vascas ha asegurado no tener "muy claro" cuál es la labor concreta que van a llevar a cabo estos auditores y ha asegurado que prefiere "no calificar" esta medida.

Además, ha alertado de que en función de los resultados de este nuevo examen a la banca española podrían tener que hacerse nuevas "provisiones".

Tras aludir a las sucesivas reformas del sector financiero aprobadas por el Gobierno actual y por el anterior, ha asegurado que estas medidas o las auditorías externas sobre el sector no lograrán que los mercados "se den por satisfechos" si no "consensúan" con las autoridades de la UE y con el Banco Central Europeo (BCE).

"PERFILES INCREIBLES"

El presidente de Kutxabank ha señalado que la última reforma del sector aprobada por el Ejecutivo central plantea unos "perfiles increíbles". Según ha recordado, la primera reforma financiera aprobada en febrero por el actual Ejecutivo exigía nuevas provisiones por activos vinculados al sector inmobiliario que las propias entidades habían calificado de "problemáticos".

Fernández ha indicado que, de esa forma, las entidades que habían actuado de forma "más prudente", reconociendo un mayor volumen de activos problemáticos eran las que se veían sometidas a mayores exigencias.

La nueva reforma, tal y como ha recordado, establece la necesidad de nuevas provisiones para activos también vinculados a la construcción pero, en este caso, considerados "normales". "Primero te dan por tenerlo bien calificado como problemático y luego por tenerlo bien clasificado como normal", ha lamentado.

Las exigencias derivadas de estas reformas, tal y como ha explicado, han supuesto para Kutxabank "un ajuste del orden de 2.500 millones de euros" que se ha logrado "salvar si obstáculos" debido a la "solvencia" de la entidad.

Fernández también se ha referido otro de los aspectos de la reforma, que plantea la derivación, por parte de los bancos, de los activos correspondientes a la construcción a sociedades de gestión. En su opinión, esto "no va a modificar nada" en el campo de la solvencia de las entidades, puesto estos activos pueden "seguir pensando en sus balances".

El presidente de Kutxabank ha subrayado que la entidad vasca se encuentra por encima de la media del sector financiero español en los principales indicadores de solvencia y la entidad, con la excepción de los costes de personal, que se encuentran "notoriamente por encima" de los de los "competidores" de Kutxabank.

En este sentido, ha recordado que, en términos generales, los costes salariales en Euskadi se encuentran por encima de la media española. Por ese motivo, y dada la actual situación de crisis económica, ha afirmado que "no es demasiado pedir, a los que tienen prácticamente garantizado su trabajo, un esfuerzo en términos de costes salariales".

"CASA DE PUTAS"

Fernández también ha ironizado sobre el proyecto de ocio, juego y turismo que la empresa Las Vegas Stands baraja poner en marcha en Madrid o Barcelona. Según ha afirmado, "salvo un norteamericano que quiere montar una especie de casa de putas cerca de Madrid, nadie va a crear 2.500 puestos de trabajo en un día", por lo que es necesario apoyar a los autónomos y pequeños empresarios.

Al igual que viene haciendo en las últimas semanas, ha reconocido que Kutxabank debe "reflexionar" sobre su participación en operaciones para adquirir una mayor dimensión, puesto que, de lo contrario, el próximo año podría quedar a la cola del sector en cuanto a volumen de activos u otros indicadores.

Por otra parte, se ha referido a la decisión que se adoptó en su día para realizar la fusión de las tres cajas vascas a través de la vía del Sistema Institucional de Protección (SIP) o 'fusión fría'. Según ha explicado, de no haberse usado este procedimiento "al menos dos de las cajas, entre ellas la de Alava, tendrían que haber desaparecido para convertirse en una fundación".

Fernández ha precisado que esto se debe a que si las cajas tienen menos del 50 por ciento del capital del banco a través del que realizan su actividad, deben convertirse en fundaciones, algo que sólo se puede evitar a través del SIP.