Vitoria. Los sindicatos encaran el Primero de Mayo en un momento marcado por la oleada de medidas de austeridad del Gobierno de Rajoy, y no quieren perder ocasión para reivindicar sus tesis. Tras un proceso de movilización creciente, con huelga general incluida, las manifestaciones de hoy aglutinarán su rechazo a la reforma laboral y a todos los tijeretazos en los servicios públicos. En oposición a este proceso, el PP continúa enrocado en su mayoría absoluta e insiste en que no modificará su agenda por mucho que protesten los sindicatos.

En plena resaca tras la huelga del 29-M, que obtuvo un importante respaldo en el País Vasco después de ser convocada por todas las fuerzas sindicales, CCOO y UGT dieron a Mariano Rajoy de plazo hasta hoy, un día marcado en rojo en el calendario sindical, para ponerse en contacto con ellos y abrir una negociación sobre la polémica reforma laboral. Sin embargo, el Ejecutivo español se ha negado a dar marcha atrás y ha mantenido su hoja de ruta aprobando, en pocos días, los Presupuestos más austeros de la Democracia y recortes extra en Sanidad y Educación, que incluyen subida de los medicamentos, pensionistas incluidos, y de las tasas universitarias, entre otras medidas.

En respuesta a los ajustes, CCOO y UGT celebraron el domingo manifestaciones en todo el Estado, aunque no obtuvieron el respaldo del 29-M. No obstante, los sindicatos estatales, que tienen programadas ya movilizaciones para todo mayo, esperan hoy convocatorias masivas que empujen al PP a recuperar el diálogo social. La de Vitoria será a las 12 del mediodía en la plaza de la Virgen Blanca.

ELA y LAB, por su parte, también participarán en la jornada de protesta contra los recortes y la reforma laboral en las tres capitales vascas para defender el valor de la sindicalización y la movilización y "para acabar con este saqueo".

bajada de salarios Precisamente a este respecto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) apoyó ayer algunas tesis defendiddas por las centrales sindicales al explicar que una bajada continuada de salarios podría resultar contraproducente para la economía, instando a Mariano Rajoy a recuperar el diálogo social y a asegurar el apoyo a jóvenes y parados.