vitoria. El sindicato CCOO denunció ayer que la dirección de la fábrica Nervacero, en Trapagaran, ha planteado al comité 55 despidos, una rebaja salarial del 30% y un aumento de jornada de 20 días al año para los otros 300 empleados como medida de viabilidad. Según el sindicato, éste es "el mayor hachazo planteado por una empresa vasca desde que entró en vigor la reforma laboral", y anunció que los trabajadores iniciarán movilizaciones.
La productora de acero corrugado es uno de los ejes productivos de Ezkerraldea, cuya industria en conjunto atraviesa un momento delicado. En concreto, la dirección de Nervacero ha planteado al comité que el mercado de acero corrugado ha caído desde un umbral de demanda de 7 millones a 1,2 millones de toneladas anuales, por lo que busca medidas para mejorar la productividad. Entre éstas se encuentra, según la central, bajar la plantilla de 355 a 300 empleados, y una rebaja de sueldos y un aumento de jornada. Nervacero ya aplicó un ERE el año pasado que se tradujo en traslados a otras plantas del grupo al que pertenece, pero en esta ocasión, Comisiones advierte de que las medidas suponen incluso una amenaza de cierre. La central recordó en una nota que la plantilla ya lleva tres años con los salarios congelados y que en los últimos años ha asumido diversos "sacrificios" en forma de ERE, ajustes de plantilla, prejubilaciones y traslados a la planta de Laminaciones Arregui, situada en Vitoria. El sindicato denunció que la dirección argumenta que el mercado de acero corrugado, ha caído desde un umbral de demanda de 7 millones a 1,2 millones de toneladas anuales. Nervacero pertenece al grupo catalán Celsa, que tiene plantas en Cataluña, Galicia, Cantabria y la Aquitania francesa, entre otros sitios, y se dedica a la fabricación de acero corrugado para el sector de la construcción y obra civil