CERVEZAS gastronómicas. Ese es el objetivo fijado por Carlos Delgado (La Habana, 1962) desde que sacó al mercado VGNoster el 1 de septiembre de 2011. "Queremos desterrar la idea de que la cerveza es sólo una bebida para platos menores. Estamos convencidos de que puede maridar con la alta cocina". En ello se encuentra este empresario de origen cubano que dejó a un lado la idea original de montar en Vitoria una industria dedicada al ron para decantarse finalmente por el lúpulo y la cebada y fabricar una cerveza especial, made in Álava, distinta a la que ofrece la gran industria. Su reto es entrar en el mercado con un producto artesanal, de calidad y capaz de conquistar las mejores mesas y casar con los platos más exquisitos. Por eso se ha embarcado en este proyecto de la mano de gran parte de los maestros de la gastronomía vasca con la idea de elaborar una serie de recetas que pudieran ser acompañadas por cualquiera de las tres variedades que elabora VGNoster. "La Golden Ale casa muy bien con arroces, aperitivos y entrantes, mientras que la Copper Ale tiene un mejor maridaje con carnes y pescados blancos; a la Quercus Ale le va al ganado viejo, pescado azul y chocolate", comenta el gestor de la cervecera alavesa . En este aspecto, Delgado lo quiere dejar bien claro. "Estoy muy agradecido por el trato y la acogida que me han dispensado y por eso he querido dejar el sello de la ciudad (VGNoster responde al acrónimo de Vitoria Gasteiz Nuestra)".

De momento, pese a llevar menos de medio año en el mercado, las sensaciones son buenas. "Es un mundo complicado, pero de momento no nos podemos quejar". Y es que aunque reconoce que le queda "mucho camino por andar", Delgado es ambicioso y ya tiene en mente expandir su negocio a otras provincias e incluso puede que "internacionalizar la empresa".

Margen de maniobra tiene. De hecho, en estos momentos produce unos 200.000 litros anuales y tienen capacidad para elaborar hasta 1,2 millones de esta cerveza "distinta". El secreto está en su elaboración artesanal, similar al que se empleaba hace 6.000 años. "Para conseguir un producto terminado necesitamos 45 días, mientras que una gran empresa fabrica una cerveza en 90 minutos", concluye el emprendedor.