madrid. El Consejo de Ministros aprobó el viernes cambios en los impuestos especiales que gravan el tabaco. Es lo que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, calificó de "una reestructuración" de estos gravamenes. Así pues, los impuestos suponen actualmente cerca del 80% del precio del tabaco. De los cuatro impuestos que le afectan, dos cambian: se baja en dos puntos, del 57% al 55%, el tramo ad valorem (un porcentaje que se aplica sobre el precio de venta). Pero se incrementa de 12,7 euros a 19 euros el impuesto específico, que grava cada 1.000 cigarrillos, o lo que es lo mismo, que hasta ahora es de 25 céntimos por cajetilla de 20 unidades y ahora será de 38 céntimos.
Aunque el segundo tributo que varía es fijo por cajetilla, el primero depende del precio de venta, por lo que afectará de manera desigual a cada marca y producto concreto. El sector, sin embargo, ha calculado que probablemente el cambio tributario del Gobierno (que el viernes insistió que no estaba aumentando los impuestos, sino reorganizándolos) supondrá una subida de entre 20 y 25 céntimos por cajetilla, aunque dependerá de la decisión que tomen las tabacaleras, que podrían optar por asumir en sus márgenes parte del aumento de impuestos.
decisión empresarial "La nueva estructura obliga a incrementar en 20, 23 o 25 céntimos el precio por cajetilla en función de la marca. Otra cosa es si las empresas quieren absorber la subida fiscal, aguantar el tirón e ir contra la rentablidad", apuntaron a Europa Press fuentes del sector, que además señalaron que se habían sorprendido mucho por la decisión del Ejecutivo, y que consideran que la subida "no beneficia a nadie". Otras fuentes del sector insisten, sin embargo, en que es necesario esperar a ver el análisis que las marcas están llevando a cabo. "Algunas marcas podrían no subir nada su precio, otras hacerlo 10 céntimos... Además del cambio en el marco impositivo hay que tener en cuenta las estrategias de cada empresa, que quizá pueden acabar por no necesitar subir el precio", señalan. Al ser impuestos en los que influyen muchas variables, añaden las mismas fuentes, es complejo establecer una única estrategia.
Cristóbal Montoro insistió el viernes en que no estaba subiendo los impuestos del tabaco. Quizá porque solo una semana antes había prometido que no lo haría y había descartado que el Gobierno fuera a tocar los impuestos especiales de la gasolina, el alcohol y el tabaco para "no perjudicar el consumo" y retroceder aún más su recaudación. El Gobierno calcula que con su modificación tributaria para el tabaco recaudará este año 150 millones de euros más.