La voracidad de los mercados y las dudas sobre Europa no tienen freno. Si hasta ahora se contentaban con atacar a la deuda soberana de Grecia, Italia y España, el problema ha dejado de estar en el sur de Europa para trasladarse de lleno al corazón de la eurozona. Ayer, no solo la prima de riesgo española batió de nuevo récords también lo hicieron la de países como Bélgica, Francia, Austria, Holanda y Finlandia, que registraron los niveles más elevados desde la llegada del euro, lo que pone de manifiesto que el problema es agudo y que ninguna de las decisiones adoptadas para despejar el futuro económico de Grecia e Italia ha conseguido tranquilizar a los inversores internacionales.
En el caso de España, el diferencial con el bono alemán a diez años alcanzó ayer los 455 puntos básicos y la presión obligó al Tesoro público a pagar un interés superior al 5%, el más alto desde 1997, por colocar 3.158 millones de euros en letras a 12 y 18 meses. Un acoso y derribo que también vivió con especial intensidad Italia, que superó de nuevo los 500 puntos, Bélgica, donde el riesgo país llegó a superar los 300 puntos, lo mismo que Francia, que aspira a mantener su calificación de triple A -la máxima nota crediticia- y cuyo diferencial se disparó a los 183, o Austria donde llegó a los 181 puntos. Pero ni siquiera países seguros como Holanda y Finlandia son ya inmunes a los mercados. Ayer vieron elevarse sus diferenciales respecto al bono alemán hasta máximos históricos lo que disparó las rentabilidades que tuvieron que ofrecer hasta los 2,38 y 2,46%. Todo esto hizo tambalearse de nuevos a las bolsas. La española retrocedió un 1,61% y también cerraron en negativo París (1,92%), Milán (1,08%) y Frankfurt (0,87%).
A juicio de la Comisión Europea este nuevo capítulo de acoso contra España es un ejemplo más del contagio que existe desde hace tiempo. "Las presiones en los mercados que afectan a algunos Estados miembros, no solo a España, son complejas y se deben a fenómenos que no están ligados únicamente a los fundamentos de esas economías. Son los efectos del contagio. Lo que pasa en otras economías tiene efectos en sus socios", insistió ayer el portavoz del comisario de asuntos económicos, Olli Rehn. También el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, habló ayer de la difícil situación que vive la eurozona y lo hizo para subrayar que "la evolución negativa de los mercados financieros durante la última semana y las previsiones económicas demuestran que hace falta hacer más".
Contra la especulación De momento, la Eurocámara dio ayer luz verde a una de las propuestas con las que Europa quiere poner coto a la especulación con deuda soberana. El pleno del Parlamento Europeo aprobó un nuevo reglamento que ya tiene el visto bueno de los gobiernos y que prohibirá desde noviembre de 2012 las operaciones al descubierto con los seguros de impago de la deuda soberana. Por ejemplo, bajo la nueva ley un inversor solo podrá adquirir seguros de impago de deuda (CDS) que cubran los títulos griegos si ya es titular de bonos griegos o si participa en un sector muy expuesto a la deuda de este país, caso de la banca griega.
Agencias de rating Y mientras los eurodiputados votaban este reglamento, el colegio de comisarios se enzarzaba en la discusión de una nueva propuesta del comisario de servicios financieros, Michel Barnier, para reforzar el control sobre las agencias de calificación de riesgos o rating. Un debate que dadas las discrepancias internas obligó al comisario Barnier a suavizar y aguar finalmente el texto. Finalmente, la CE no propone dar poderes a la autoridad europea de mercados para prohibir de forma temporal a las agencias publicar calificaciones de los países europeos objeto de rescate -actualmente Grecia, Irlanda y Portugal- ni prohíbe las fusiones entre las grandes agencias de rating como quería Barnier. "Hemos considerado que hace falta más tiempo para convencer y detallar las medidas técnicas de aplicación de esta suspensión", respondió sobre las notas a los países rescatados. Lo que sí incluye la propuesta es la obligación para las agencias de presentar las notas después del cierre de las bolsas y al menos una hora antes de la apertura de la siguiente sesión. También se exige que avisen con 24 horas de antelación a un país si planean degradar su deuda, publicar los informes completos en los que basen sus notas y actualizarlas cada seis meses en vez de cada año. Además, los inversores podrán llevar ante la justicia a las agencias si consideran que han actuado con negligencia o sus calificaciones erróneas han ocasionado perjuicios a sus activos.