vitoria. Hay sectores industriales que caminan al margen de la crisis. El ferroviario, por ejemplo, es un buen botón de muestra. El desarrollo internacional del Tren de Alta Velocidad (TAV) en países emergentes como Brasil, China, Emiratos Árabes e incluso Estados Unidos está llevando a numerosas compañías vascas a registrar unos resultados históricos. Talgo, CAF o la alavesa Amurrio Ferrocarril son sólo algunos exponentes del liderazgo vasco en esta industria.
Otro sector igualmente estratégico para la economía vasca es el aeronáutico, acostumbrado a periodos de maduración mucho más largos (entre 25 y 40 años) y que se encuentra desde hace unos años en pleno proceso de relevo generacional. Los aviones que en estos momentos construyen las grandes compañías del sector son los que surcarán los cielos a lo largo del próximo cuarto de siglo. Y en este escenario, la multinacional alavesa Aernnova -escisión de la antigua Gamesa- se encuentra en una posición privilegiada. Desde su fundación en 2006, su cartera de pedidos y su cuenta de resultados siempre han desafiado a la crisis. Y 2011 no va a ser una excepción.
Salvo sorpresa mayor, la compañía que preside Iñaki López Gandásegui espera incrementar este año su facturación un 20% hasta alcanzar los 450 millones de euros. Un buen síntoma dentro del complejo contexto actual que responde a hechos concretos, como reconoció ayer el propio Gandásegui durante la presentación ante la opinión política y económica alavesa de su nueva sede en el polígono de La Corzanilla, en Berantevilla, donde Aernnova ha integrado a todas sus filiales (Fuasa, Hegal y Moasa).
contratos de prestigio En concreto, citó el industrial vasco, son casi todos los grandes constructores quienes tienen a Aernnova como proveedor de referencia y tres los contratos de "prestigio" firmados con el gigante europeo Airbus para fabricar estructuras "clave" de sus modelos A-350 y A-380. En el primero, la firma alavesa diseñará y fabricará en fibra de carbono el estabilizador horizontal y el elevador de la nave en un contrato que le reportará 4.500 millones de dólares en la próxima década y que asienta su liderazgo como primer fabricante en España de estructuras aeronáuticas. Las primeras piezas comenzarán a ensamblarse la semana que viene en las instalaciones de Berantevilla y el primer vuelo comercial podría estar listo para 2013. En este proyecto, Aernnova ha invertido 250 millones de euros. Respecto al A-380, el avión comercial y de transporte más grande del mundo, la participación alavesa se centra en una parte esencial del fuselaje.
Éste y otros contratos de menor calado económico pero estratégicamente necesarios asegurarán carga de trabajo en la planta alavesa para los próximos cuatro o cinco años, lo que permitirá un nuevo incremento de la facturación hasta un 60%, alcanzándose los 720 millones. "Tenemos un claro y gran futuro a partir de hoy, y seguro que llegarán nuevos contratos, pero seremos más selectivos", avanzó ayer Gandásegui ante una nutrida representación política y empresarial encabezada por el lehendakari, Patxi López, el consejero de Industria, Bernabé Unda, el diputado general de Álava, Javier de Andrés, o el presidente de la Cámara de Comercio de Álava, Gregorio Rojo, entre otros.
Sin embargo, a pesar de los buenos resultados, nada parece suficiente en Aernnova. La integración de sus tres filiales en una única sede responde al mensaje único que en estos momentos impera en la compañía de avanzar hacia una mayor competitividad. Bajo esta premisa, la mudanza del Parque Tecnológico de Álava a La Corzanilla ha alumbrado un "centro de excelencia más óptimo y con menos peso estructural y de costes", resumió el presidente, que aprovechó la ocasión para mandar un recado a los trabajadores, algunos de los cuales protagonizaron ayer una protesta ante las autoridades solicitando más carga de trabajo: "Seguimos siendo muy caros", les avisó.
ingeniería de referencia Mediante esta concentración empresarial, Aernnova pretende convertir la nueva planta en un centro de excelencia de montaje y, partiendo de las capacidades de que hoy dispone con sus instalaciones de taladrado y remachado automático, "seguir avanzando en el proceso de automatización de dicha actividad", un proceso en el que la compañía cuenta con dos ingenierías de fabricación, AME y Serra, que están diseñando ya las nuevas instalaciones de montaje automatizadas y robotizadas. Junto a este nuevo centro, Aernnova concentra en Alava la Dirección de la compañía, la ingeniería, otras dos plantas de fabricación Fibertecnic (composites) y GMAPSA (metálico), con una plantilla en torno a las 1.500 personas.