Vitoria. La democracia no está bien vista en los mercados financieros mundiales. El simple hecho de anunciar un referéndum en Grecia para aprobar, o no, el plan de ajuste que le impone la UE, con el apoyo del FMI, al país heleno para reducir sus niveles de deuda devolvió la incertidumbre a los mercados y hundió la cotización en las bolsas europeas.
El anuncio del Gobierno griego que encabeza Yorgos Papandreu muestra, una vez más, la forma, difícilmente empeorable, con que se está manejando el tema de la deuda soberana en Occidente. Todas las bolsas cerraron ayer en números rojos pero viendo la cuantía de los mismos se ve a quién perjudica más una medida en tal sentido. Grecia, aparte, los mayores descensos se produjeron en Italia, con un 6,8% y Francia, con un 5,2%. En España, la caída bursátil fue del 4,2%. Ello da pistas de la complicada situación a la que se puede ver abocada Italia y, en menor medida, Francia, con sus bancos muy afectados por la deuda griega pues solamente los cuatro grandes galos tienen directamente en bonos griegos unos 10.000 millones de euros.
Las dudas crecientes sobre el plan preparado por la eurozona para romper el círculo vicioso entre las crisis de deuda pública y balances bancarios se trasladaron también a las primas de riesgo de Italia y España. Y eso que el BCE, pilotado desde hoy por el italiano Mario Draghi, un hombre de Goldman Sachs, aclaró el lunes que sigue comprando bonos de estos dos países.
La prima de riesgo española en relación al bono alemán a 10 años subió 30 puntos hasta situarse en los 370 puntos básicos, mientras que en el caso italiano el diferencial se colocó en 453 puntos, 47 más que el día anterior. La prima de riesgo francesa rompió otro récord, con 122 puntos de diferencia respecto al referente que es el bono alemán.
Incertidumbres En vísperas de la cumbre del G20, la incertidumbre y la falta de confianza sigue en los mercados y la decisión griega de convocar un referéndum, algo legítimo pero, según los analistas, perjudicial ahora, con el riesgo de perderlo dada la oposición de los ciudadanos griegos, puede llevar a Grecia a una suspensión de pagos generalizada que trasladaría sus 350.000 millones de deuda a los balances de los acreedores, buena parte europeos, lo que generaría una crisis sin precedentes en el euro, que ayer bajó otro 1% hasta quedar a 1,37 dólares USA.
La moneda única europea es vital para la UE y para Alemania, un país exportador, que en caso de ruptura de la misma vería devaluaciones competitivas en media Europa que dejarían a los productos Made in Germany fuera del mercado por precio. Un escenario que casi nadie quiere incluidos miembros del PASOK, el partido socialista que gobierna en Atenas, que se desmarcan de Papandreu en el tema y que pueden hacer caer al Gobierno heleno al dejarle en minoría parlamentaria lo que impediría la convocatoria del referéndum.