Vitoria. "No trabajamos en otro escenario distinto que el de lograr una unidad fiscal en el País Vasco que sea eficaz para resolver el problema económico que tenemos". El diputado general de Álava, Javier de Andrés, tomaba ayer la palabra en una conferencia en Bilbao tras el desacuerdo consumado en torno a la reforma tributaria el martes en la reunión del Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) y la seria amenaza de que se consume una desarmonización fiscal entre los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca, después de que la Diputación de Gipuzkoa mantuviera firme su apuesta de recuperar el Impuesto de Patrimonio.
Y De Andrés mantuvo también inamovible la postura que defendió Álava en el OCT, secundada por Bizkaia, cuyo diputado general asistió ayer a la conferencia. Ambos territorios defienden la necesidad de "esperar" hasta ver cómo se aplica el Impuesto de Patrimonio en las comunidades limítrofes, para que el vasco no sea el sistema "más contrario a los contribuyentes". Y la postura parece, al menos, tan férrea como la de la Diputación guipuzcoana, a tenor de la advertencia que Javier de Andrés añadió: "es preferible que haya armonización fiscal", pero Gipuzkoa ha mantenido en el pasado el Impuesto de Patrimonio cuando no existía en los otros dos territorios "y no pasó nada".
El camino hacia escenarios tributarios divergentes en 2012 entre Álava y Bizkaia, por un lado, y Gipuzkoa, por otro, parece desde ayer un poco más cerca. Aún hay margen temporal para cerrar un pacto común, pero la sintonía de partida que hay entre Bildu y PSE -además de Aralar- en esta materia aseguraría la aprobación del nuevo marco fiscal en las Juntas de Gipuzkoa. El Impuesto de Patrimonio es la principal fricción entre las tres haciendas -Bizkaia había manifestado su disposición a negociar-, pero no la única. Gipuzkoa también plantea incrementar la presión sobre las rentas más altas vía IRPF. Aún hay tiempo, pero ayer De Andrés miró en exclusiva a Gipuzkoa a la hora de reclamar flexibilidad en las posturas para impedir la desarmonización, cuando el Gobierno Vasco calificó el martes la actitud alavesa y vizcaína como "dilatoria", para posponer las reformas de mayor calado al ejercicio de 2013.
Por motivos diversos, pero ayer tanto ELA como Adegi manifestaron su preocupación por el resultado incierto de la última reunión del OCT. El sindicato abertzale denunció "la incapacidad de dar por muerto el actual modelo fiscal, basado en la permisividad con el fraude de las rentas no salariales y en los regalos fiscales a las rentas altas y al capital". Por su parte, la patronal guipuzcoana advirtió a Bildu de que "flaco favor hará a la economía del territorio el responsable político que desarmonice la fiscalidad".