La evolución de los automóviles resulta en algunas facetas vertiginosa. Es cierto que ciento y pico años después de su invención todavía siguen funcionando con el mismo sistema de impulsión de sus comienzos: el eficaz, que no eficiente, motor de explosión que quema derivados del petróleo. No obstante, mientras buscan una fórmula motriz alternativa factible, los fabricantes de coches no descansan.

La seguridad es uno de los campos en los que la transformación resulta más espectacular. En apenas un decenio, los coches han perfeccionado tanto sus facultades para evitar accidentes (seguridad activa) como su capacidad para soportar las consecuencias de los mismos (seguridad pasiva). Hoy resultan cotidianos recursos como los ABS, el control de estabilidad, los airbags, los pretensores pirotécnicos de cinturón, elementos que hace bien poco parecían producto de la ciencia ficción. Pasado mañana sucederá otro tanto con estos elementos.

Active City Stop

Se ha desarrollado para reducir el número de colisiones por alcance a baja velocidad. Cuando los sensores detectan la posibilidad real de que se produzca un impacto el sistema alerta al conductor; si este no reacciona a tiempo, la electrónica interviene activando los frenos. Consigue una efectividad total por debajo de los 30 km/h; por encima de esta velocidad contribuye a mitigar las consecuencias del impacto.

Cinturón trasero flable

Es un sistema de retención avanzado que combina un cinturón de seguridad y un airbag integrado en el mismo. En caso de choque se despliega y se hincha en 40 milisegundos con el fin de evitar o atenuar posibles lesiones en la cabeza, el cuello y el pecho de los pasajeros que ocupan los asientos posteriores.

Reconocimiento de señales

Emplea la cámara de visión delantera para detectar las señales de tráfico situadas junto a la carretera y mostrarlas en la información del cuadro de instrumentos. Identifica los límites de velocidad además de las señales de adelantamiento, que pueden aparecer de forma simultánea en la pantalla.

Detector de ángulos muertos

Esta función, que aprovecha la señal del radar, se ha concebido para avisar al conductor de la presencia de obstáculos ubicados en el ángulo muerto del coche. La advertencia se hace por medio de unas luces en los retrovisores laterales. El sistema funciona a velocidades superiores a 10 km/h

Active Park Assist

Este dispositivo de aparcamiento semiautomático detecta huecos en los que es posible estacionar y maniobra el volante durante la operación. Se sirve de las informaciones que facilitan los sensores embarcados y de la Dirección de Asistencia Eléctrica (EPAS) para guiar el vehículo hasta el espacio de estacionamiento en paralelo seleccionado. Para ello el sistema de gobierno toma el control de forma autónoma; el conductor se encarga de accionar el acelerador, el freno y la palanca de cambios. Para aparcar precisa disponer de un espacio que tenga al menos 1,2 veces la longitud del vehículo.

Control de cambio de carril

Los sensores embarcados detectan las desviaciones en la trayectoria del vehículo cuando pisa las líneas que delimitan el carril. Si el conductor no acciona el intermitente (para adelantar, por ejemplo), el sistema interpreta el movimiento como una distracción y lanza una alerta (sonido y/o vibración en el volante); de no ser atendido el aviso interviene sobre la dirección para recuperar la trayectoria.