vitoria. Las reacciones de buena parte del espectro socio-político vasco saludando la luz verde a la integración de las tres cajas y mostrando su apoyo a la operación no dejan de sorprender cuando provienen de fuerzas políticas como el PP, el PSE-PSOE o la izquierda abertzale, ahora nucleada en torno a Bildu, que se suman gustosos a una operación: la creación de una gran caja de ahorros en Euskadi que el PNV lleva varios años auspiciando y que los mismos que ahora se felicitan han boicoteado en varios ocasiones. Antes de llegar la actual crisis financiera, los presidentes de BBK, Xabier Irala; de Kutxa, Carlos Etxepare y de Vital, Gregorio Rojo, propusieron en 2005 la fusión de las tres entidades. Aquel proceso contó con el respaldo del PNV y de la gran mayoría de los agentes económicos vascos, que veían en la creación de una entidad financiera vasca fuerte una palanca importante para el desarrollo del País Vasco, el apoyo a las empresas y para poder internacionalizarse. Todo ello ofreciendo a la ciudadanía, por efecto de las economías de escala, una oferta tan competitiva como cualquiera. Y todo ello asegurando una posición financiera que generase el mayor nivel de beneficios para poder mantener e impulsar la obra social.

La oposición de populares y socialistas, por razones electoralistas los primeros, y por un ansia de poder de los segundos, incapaces, como se ha visto, de ganar en las elecciones forales y municipales, el apoyo necesario para contar con mayor fuerza en los consejos de administración de las cajas han bloqueado todo lo que han podido la fusión. Pues bien esos mismos que con su bloqueos han impedido que la caja vasca se plantase en la actual coyuntura con los deberes hechos y con la posibilidad de liderar el tercer gran proyecto financiero del Estado han respaldado, ahora sí, el proyecto de otros.

Esa falta de memoria histórica se reflejó en las declaraciones del presidente del PP en Bizkaia, Antón Damborenea, que se preguntó ayer en referencia al acuerdo alcanzado entre BBK, Kutxa y Vital con Bildu para la fusión en Kutxa Bank, "¿cuál es la novedad para que algunos cambien ahora su voto?", olvidando la postura de su partido en fases anteriores, así como "¿en qué afecta al funcionamiento?" del nuevo banco la decisión de la coalición soberanista de apoyar al fusión.

Más discreto fue su compañero de partido, el diputado general de Álava, Javier De Andrés, que se limitó a señalar que "cuanto más respaldo tenga, mejor será para garantizar la estabilidad del futuro banco" sin buscar tres pies al gato como Damborenea, De Andrés afirmó que "es conveniente la incorporación del conjunto de fuerzas políticas y sindicales al proyecto de fusión de las cajas vascas".

Curiosas también fueron las declaraciones del portavoz del PSE-PSOE, José Antonio Pastor, que se felicitó "doblemente" por el acuerdo alcanzado entre Bildu y las tres direcciones, "que ha sido, desde siempre, la propuesta de los socialistas", y ha dado la "bienvenida" a la coalición soberanista a la "senda de la racionalidad".

El representante socialista, que bloqueó una propuesta estrictamente técnica de fusión pactada por los presidentes de las cajas, incluido su compañero de partido Rojo, señaló a Europa Press que el hecho de que "finalmente se haya llegado a un acuerdo solvente y de amplísima mayoría", constituye "una muy buena noticia". "Nos parece una buena noticia para el país, para los ciudadanos vascos y para la economía de Euskadi", enumeró Pastor. Además, destacó que Bildu "hasta ahora radicalmente en contra, ha venido también a coincidir en nuestras mismas tesis".

Por su parte, el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, se limitó a recordar que "de aquí al final de año" la integración se habrá completado "sin sobresaltos" y con el "máximo consenso posible", mientras que el ELA, sindicato mayoritario en Euskadi y crítico con el proceso, mostró su pesar porque "nos hemos enterado por la prensa", señaló su secretario general, Adolfo Txiki Muñoz, que aseguró que el acuerdo entre las cajas vascas y Bildu para la próxima fusión de las entidades financieras demuestra "la tremenda opacidad" del proceso y resulta "paradójico" en un momento en que "se va por el ámbito estatal" de negociación colectiva en una entrevista en ETB.