washington. El presidente de EEUU, Barack Obama, instó ayer al Congreso a dejar de lado las pugnas partidistas para apoyar un amplio plan de empleo valorado en cerca de 447.000 millones de dólares (326.000 millones de euros) y que, aseguró, dará "un impulso a la economía". Un Obama que apostó por abandonar las florituras retóricas y centrarse en un mensaje concreto y directo hacia las clases medias compareció ante los legisladores para reclamarles que abandonen el "circo político" y se centren en la creación del empleo, por el bien del país. "La gente de este país trabaja duro para cumplir sus responsabilidades. La pregunta esta noche es si nosotros cumpliremos las nuestras; si, a la vista de una crisis nacional, podemos detener el circo político y hacer de verdad algo para ayudar a la economía", afirmó.

El plan, de mayores dimensiones de lo que habían apuntado en días previos, requiere de la aprobación del Congreso, donde los demócratas controlan el Senado y los republicanos la Cámara de Representantes, lo que puede dar lugar a una pugna partidista similar a la protagonizada este verano en torno al aumento del techo de la deuda. Previéndolo, la propuesta de Obama contiene numerosos elementos para agradar a los republicanos. Entre ellos, recortes de impuestos que representan casi la mitad del valor del plan. El presidente tiene previsto comenzar hoy mismo una gira por todo el país para promover su plan, que la Casa Blanca espera que se convierta en ley antes de fin de año.