bilbao. La arista más abrupta de la crisis, el paro, ya ha empezado a dar el temido giro de tuerca que vaticinaban los agentes sociales. Tras casi cuatro años de crisis y con un ritmo de creación de empleo insuficiente, cada vez son más las personas desempleadas que agotan sus prestaciones. La última estadística del Ministerio de Trabajo, concerniente a junio, revela que casi la mitad de los inscritos a Lanbide no cobra prestación. En el Estado, en cambio, el 66% de los parados tiene ayuda.

En concreto, de los 144.414 desempleados registrados en la CAV en junio, solo 78.787 cobraron alguna de las ayudas del Servicio Público de Empleo. De ellos, casi 48.300 cobraron la prestación ordinaria. Unos 28.400 se acogieron al subsidio que reciben ciertos colectivos cuando agotan el primer ciclo de ayudas y 2.107 cobraron la Renta de Garantía de Inserción (RGI), el mecanismo que en función de las rentas familiares se activa en algunos casos para minimizar el riesgo latente de exclusión social.

Teniendo en cuenta que se considera que un tercio de los parados vascos son de larga duración -más de un año sin trabajar- y que según los datos de abril más de 33.000 hogares tienen a todos sus miembros sin trabajo, la situación empieza a ser crítica para un gran número de ciudadanos en la CAV. La tendencia marcada en el cierre de 2010 y lo que va de año demuestra la gravedad del problema. En junio del año pasado el número de parados rozaba los 126.000, y los perceptores de ayudas superaban los 81.000. Más del 64% tenían ingresos a través del Servicio Público de Empleo. El repunte del paro tras el cierre de la campaña veraniega de la hostelería impulsó al alza a su vez el número de personas que recibían ayudas. Sin embargo, el desempleo ha continuado su escalada a medida que agotaban sus prestaciones los ciudadanos vascos y ya en enero el nivel de protección bajó del 60%. La erosión se ha agudizado en el segundo trimestre de este año, registrándose las cotas más bajas de parados con ayudas desde 2009, aunque ahora hay unos 30.000 desempleados más que entonces.

La media mensual de perceptores registrada entre enero y junio de este año se sitúa en las 81.600 personas frente a las 87.500 del mismo periodo de 2010. Durante todo 2009, considerado por ahora el peor año de la crisis, la media mensual de ciudadanos de la CAV con ayudas fue de 78.400, una cota hacia la que se avanza a marchas forzadas con una cifra de paro récord. Además, el descenso de las personas sin empleo de los últimos dos meses está muy ligado a la temporalidad del empleo estival y no se puede descartar que a partir de septiembre se registre un nuevo alza que reduzca todavía más el porcentaje de perceptores de ayudas del Servicio Público de Empleo.

Es posible que algunos de los trabajadores que regresen al pozo del paro hayan generado nuevos derechos al cobro de prestación o que la hayan interrumpido y la reanuden, pero el ritmo de salida del círculo de protección social parece más alto y la tendencia previsiblemente continuará reforzándose. La amenaza es clara en un momento en el que arrecian las presiones internacionales para que tanto la Administración del Estado como las de las comunidades autónomas ajusten gastos para recortar el volumen de su déficit. Habrá menos dinero tanto para crear empleo como para socorrer a los que se quedan sin él.

En el caso vasco, el descenso en el número de prestaciones también coincide con el debate abierto por el lehendakari en torno a la necesidad de acometer modificaciones fiscales para que las arcas públicas ingresen más dinero. El PNV y el PP, que controlan las diputaciones de Bizkaia y Araba, han acogido con frialdad la propuesta. Mientras, Bildu asegura desde la Diputación de Gipuzkoa que el planteamiento de López es poco ambicioso.

Trabajadores afectados por el cierre de empresas protestan ante una oficina de Lanbide en Barakaldo. Foto: DAVID DE HARO

al detalle

46,5%

l Parados vascos sin ayudas. Solo 78.787 de los 144.414 parados de la CAV cobraron ayudas en junio.

33,6%

l Parados sin ayuda en el Estado. El 66,4% de los parados del Estado reciben algún tipo de prestación.