bruselas. El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, lanzó ayer una clara advertencia a los gobiernos de la zona euro ante el contagio de la crisis de la deuda a varios países y les instó a ampliar el fondo comunitario de rescate para que pueda hacer frente a esa situación. Al mismo tiempo, reconoció que la crisis afecta también a economías fuertes de la eurozona, "no sólo a los países periféricos". Barroso pidió también una nueva evaluación de la capacidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), dotado con 750.000 millones de euros.
Las presiones de los mercados sobre Italia y España -tercera y cuarta economía de la Eurozona- llevaron a Barroso a dirigir ayer una carta a los líderes del bloque, mensaje que ayer hizo público el propio Ejecutivo comunitario.
En él, el presidente de la CE expresó su "profunda preocupación" por los problemas de la deuda italiana y española e insistió en que los comportamientos de los mercados son "claramente injustificados".
Sin embargo, Barroso admitió también que el pacto cerrado por los países de la zona euro el pasado 21 de julio para rescatar por segunda vez a Grecia y reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) podría no ser suficiente para saciar a los inversores, tal y como Europa venía defendiendo desde entonces. En esa reunión, los jefes de Estado y de Gobierno acordaron conceder más poderes al FEEF, de manera que pueda actuar para prevenir, financiar la recapitalización de bancos mediante préstamos a los gobiernos e intervenir en los mercados secundarios en circunstancias excepcionales y en consulta con el Banco Central Europeo, el único que lo hace hasta ahora. Según Barroso, esas decisiones "no están teniendo el efecto deseado en los mercados", entre otras cosas, por su "complejidad" y por el "estado incompleto" de ese acuerdo. "Sean cuales sean los factores detrás de la falta de éxito, está claro que ya no estamos gestionando una crisis sólo en la periferia de la zona euro", alertó, en referencia al contagio de los problemas más allá de los considerados países débiles del área del euro.
La salida, en su opinión, pasa por una rápida implementación de los acuerdos del 21 de julio, que deben ser aprobados por los parlamentos nacionales, pero también por impulsar medidas adicionales tan sólo dos semanas después de esa cumbre.
El principal sería "una rápida revisión de todos los elementos vinculados con el FEEF", con el fin de asegurar que este mecanismo y el permanente que lo sustituirá en 2013 "estén equipados con los medios para hacer frente a los riesgos de contagio".
Según una portavoz de la CE, esa revisión podría pasar entre otras cosas por un aumento del tamaño del fondo, que actualmente tiene una capacidad crediticia de 440.000 millones de euros, gran parte de los cuales se destinarán a los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda.