Bruselas. La resistencia de Alemania retrasará la cumbre de líderes europeos que se iba a convocar para mañana por la tarde con el objetivo de desbloquear el segundo rescate de Grecia y tratar de frenar el contagio de la crisis de deuda a España, Italia y Portugal. "La cumbre se retrasa, con fecha no muy lejana pero todavía por confirmar", aseguraron a las agencias fuentes diplomáticas. Las autoridades alemanas volvieron a insistir ayer en que ese segundo rescate no es tan urgente ya que Grecia cuenta con financiación suficiente hasta septiembre y que, por tanto, no hay necesidad de "acelerar" nuevas ayudas. "No hay planes concretos para una cumbre especial", dijo ayer un portavoz del Gobierno alemán.

Así las cosas, Alemania bloqueará una cita que los organismos internacionales creen básica para poder atajar la actual dinámica de ataques de los especuladores contra la deuda soberana de las economías periféricas de la zona Euro. El hecho de que las agencias de calificación sigan rebajando el bono de Grecia y sus previsiones de solvencia después de hacer lo mismo con Irlanda, traerá, según los expertos, más inestabilidad ante la ausencia de una respuesta política clara por parte de una Unión Europea desunida.

El problema de fondo siguen siendo las diferencias sobre la contribución de los acreedores privados a la resolución de la crisis griega, una de las exigencias de Alemania para seguir prestando ayuda a sus socios. Tras la reunión del lunes, parecía imponerse el enfoque alemán de lograr una sustancial contribución de los bancos privados al rescate de Grecia, aun cuando desencadene la declaración de una quiebra parcial de la deuda helena. Sin embargo el Banco Central Europeo se opone a esta medida por considerar que tendría unas consecuencias peores que la caída de Lehman Brothers e incrementaría el riesgo de contagio.

fracaso Frente al bloqueo alemán, el primer ministro griego, George Papandreu, exigía ayer a la UE que apruebe rápidamente el segundo rescate para evitar que el plan de ajuste económico fracase. "La incertidumbre asusta a los inversores. Si no tenemos una decisión pronto apoyando el segundo programa para que el país pueda iniciar reformas de largo alcance, el propio programa podría hundirse", dijo al diario Financial Times Deutschland.

La convocatoria de la cumbre del viernes contaba con el apoyo del presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y también de España y Francia. Van Rompuy inició ayer una ronda de contactos para tratar de lograr el apoyo de todos los líderes de la eurozona que desde el principio chocó con las dudas de Alemania y los Países Bajos y hasta ahora no ha dado resultados. Desde España, un portavoz de Moncloa señalaba que el Ejecutivo es "partidario" de que haya una cumbre, si bien precisó que "más importante de en qué día se celebre, es que se trate de un encuentro que concluya con resultados".