BRUSELAS. Hasta ahora ningún dirigente europeo lo había dicho públicamente. Ayer fue el ministro holandés de finanzas, Jan Kees de Jager, quien confirmó que una suspensión de pagos parcial de la deuda de Grecia no se descarta y que es una de las varias opciones que los 17 ministros de la zona euro tienen dentro de la negociación de un segundo plan de rescate. "Hemos logrado romper un nudo muy difícil. Decir por un lado que queremos una participación sustancial del sector privado y por otra evitar un impago de la deuda parcial era contradictorio". "Ya no se excluye", añadió sobre la quiebra parcial. Y es que ninguna de las medidas adoptadas hasta ahora ha conseguido devolver la calma a los mercados. Lo recordaba también ayer en un artículo de opinión en el diario alemán Frankfurter Allemaigne Zeitung, el presidente del Commerzbank, segundo banco más grande del país, Martin Blessing. En su opinión, aunque la quita sea una medida "dolorosa", visto el escaso resultado de las medidas aplicadas, será necesaria para evitar el contagio a otras economías como las de España, Italia, Irlanda o Portugal. Para el BCE, sin embargo, una solución de este tipo tendría consecuencias impredecibles y podría provocar un efecto dominó en el mercado como el creado tras la caída del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008.