Bilbao. La reforma de la negociación colectiva "responde a la constante petición de la patronal de que los trabajadores trabajemos más por menos dinero y en peores condiciones, eso que históricamente se ha llamado explotación y ahora se llama productividad". Con estas palabras se pronunciaba ayer la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, en una rueda de prensa en la que representantes de ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e HIRU anunciaron protestas en contra de la reforma, la primera de ellas una manifestación el próximo jueves 23 en Donostia. Las movilizaciones continuarán en otoño. Estos sindicatos consideran "determinante" la postura del PNV para que salga adelante esta modificación aprobada por el Gobierno en el Congreso y avisaron de que "la centralización" de la negociación que plantea constituye "un problema político".

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, puso de manifiesto que es decisiva la postura que adopte el PNV, tras haber adelantado el PP y CiU que no apoyarán la reforma. Txiki Muñoz alertó de que "están en juego cosas muy importantes" como la capacidad de los trabajadores vascos de poder elegir "el ámbito y los contenidos" de la negociación de sus condiciones laborales. "No estamos ante un problema técnico. Estamos ante un problema político", dijo.

Los sindicatos nacionalistas rechazan que la reforma permita que "en los convenios sectoriales estatales o acuerdos interprofesionales se decida qué se puede negociar en cada ámbito territorial". Según denunció Muñoz, "todo queda subordinado a los ámbitos del sector del Estado", lo que configura un modelo de negociación que es el de "CCOO y UGT", criticó. También para Ainhoa Etxaide, la reforma supone "una agresión directa a la capacidad de decidir de los trabajadores vascos" mediante una modificación de la estructura negociadora, que implica que "se va a decidir en Madrid con dos sindicatos" a los que -dijo- lo que no les dan "los trabajadores con su apoyo" en Euskadi "se lo da el Gobierno de Madrid".

Los representantes sindicales demandaron respeto a las mayoría sindical vasca y opinaron que la reforma busca un doble objetivo: "quitar derechos a los trabajadores y desarmarnos para que no nos podamos defender", afirmó el líder de ELA.