Vitoria. La crisis energética en la que se encuentra inmerso Japón tras los nefastos efectos que la combinación de un terremoto y un tsunami han tenido sobre sus plantas eléctricas atómicas ha puesto encima de la mesa la importancia de las energías renovables en el abastecimiento de las sociedades occidentales. En el Estado español, la energía nuclear aporta el 20% de la generación eléctrica total pero las renovables tienen un papel destacado y de hecho han llegado días pasados a ser, a través de la generación eólica, la principal fuente de producción de electricidad.

En el pasado mes de marzo, la energía eólica se convirtió por primera vez en la principal fuente de energía eléctrica en el conjunto del Estado español al superar al resto de tecnologías de generación energética, entre ellas los ciclos combinados de gas y las nucleares.

Según datos de la compañía operadora del sistema eléctrico Red Eléctrica de España (REE) los parques eólicos produjeron en marzo 4.738 gigavatios hora (GWh), lo que supuso el 21% de toda la electricidad generada, tras un incremento del 5% con respecto al mismo periodo de 2010 y un récord histórico dentro de un mismo mes.

Con esta aportación del 21%, la eólica se convirtió en la primera fuente de la matriz de generación, por delante del 19% de la nuclear, del 17,3% de la hidráulica, del 17,2% de los ciclos combinados de gas natural, del 15% de la cogeneración y otros, del 12,9% del carbón y del 2,6% de la solar. La eólica también cerró el primer trimestre del año como principal fuente energética, con un 21%, lo que contribuyó a que el 57,9% de la electricidad se produjese sin emisiones de CO2.

En este contexto, Euskadi, sede y corazón de las empresas que controlan las principales energías renovables en el Estado y en media Europa, tanto hidráulicas, termosolares o eólicas, practica, al menos en la CAV porque en Navarra es otra historia, el conocido refrán de en casa del herrero, cuchillo de palo y pese a contar con una potente industria está lejos de alcanzar los objetivos de generación energética mediante renovables. Según fuentes del Ente Vasco de la Energía (EVE), las energías renovables sólo suponen el 5% del total que demanda la CAV.

La razón fundamental es la resistencia de numerosos municipios a albergar parques eólicos en sus sierras por el impacto visual y en algún caso ambiental de los mismos. En la actualidad, según datos del EVE, en la CAV sólo están operativos tres parques eólicos, -los de Badaia, Elgea y Oiz-, con 143 MW de potencia conjunta instalada y un mini-parque eólico en el puerto exterior de Bilbao de 10 MW.

Curiosamente al estar los posibles emplazamientos en zonas altas en la muga con otros territorios se da la paradoja de que parques que no se autorizan en Bizkaia o en Álava acaban instalados en zonas limítrofes de Cantabria o Burgos, con similar impacto visual-ambiental pero generando la riqueza allí.

Más problemático es el aprovechamiento de la eólica marina ya que la costa vasca apenas tiene plataforma continental y la implantación en lechos marinos profundos es muy onerosa.

Con todo, si se analiza la situación energética en la CAV de una crisis a otra, de 1993 a 2009, se constata que ha producido un cambio notable en el mix de producción y en la generación de electricidad en territorio vasco pero la dependencia exterior y del petróleo sigue igual.

La economía vasca depende fundamentalmente de la energía importada. El petróleo y el gas natural siguen siendo las bases del abastecimiento energético vasco aunque sí se ha producido un cambio notable desde la anterior recesión, la citada de 1993, y es que el grado de autoabastecimiento eléctrico se ha incrementado sustancialmente gracias a la implantación de nuevas centrales térmicas de ciclo combinado a gas natural, casos de Bahía Bizkaia y Boroa.

El otro cambio sustancial es la caída del carbón como combustible pues ha bajado del 12% al 1% suplido por el referido gas natural. Mucho más preocupante es que no se haya logrado reducir el peso del petróleo pues ha subido del 37 al 39%. Solo la implantación del coche eléctrico recargado con fuentes eólicas permitiría reducir esta dependencia del crudo importado.

En Navarra, mejor El liderazgo de Euskadi en energías renovables sí es aprovechado en mucha mayor medida en tierras navarras pues las energías renovables aportan más del 20% de la energía total consumida en el territorio foral, según fuentes del Ejecutivo de Navarra.

La comunidad es en la actualidad un referente mundial en la producción de energías limpias, fundamentalmente de origen eólico; el territorio cubre más del 65 % de su consumo eléctrico mediante fuentes de energía renovable y trabaja para acercarse al 100%, algo que no parece tan difícil si tenemos en cuenta que en 2009 ya se alcanzó el 81% gracias, eso sí, a una meteorología favorable a nivel de vientos e hidráulica y al menor consumo total derivado de la crisis pues bajó más del 10%.

A diferencia de la CAV, con sólo cuatro parques eólicos, en Navarra hay numerosos parques eólicos en marcha, más de 30 pese al parón de los últimos dos años, con unos 1000 megavatios instalados.

Además, la planificación energética del Gobierno navarro contempla la modernización de los aerogeneradores, instalando en los emplazamientos actuales nuevos molinos, de mayor potencia y tamaño, lo que permitiría generar más energía con menos aerogeneradores lo que reduciría el impacto ambiental. Navarra contempla cubrir más del 80% del consumo eléctrico con energías renovables pese a que tiene instalaciones para asegurar la generación en momentos de escasez de viento como las centrales térmicas de ciclo combinado a gas natural de Castejón. En todo caso, la realidad es que el 21,3% del total de la energía consumida en Navarra procede de fuentes renovables, con datos de 2009, por encima del 20% fijado para el horizonte de 2020 por la Unión Europea. El mix de energías renovables en Navarra, según datos del Ejecutivo navarro, se reparte entre el 70% de origen eólico, mientras que alrededor de un 11-12% corresponden a energía hidráulica, un 10% a la generación solar y fotovoltaica y el resto a biomasa.