vitoria. También los sindicatos, con presencia en las asambleas de las entidades, mostraron ayer públicamente sus posturas. Si las centrales españolas se manifiestan a favor, ELA y LAB se mostraron reticentes con el acuerdo alcanzado.

ELA, destacó que esta "no es la fusión que se necesita", y que queda "muy lejos del modelo de cajas de ahorro" que incluya a Caja Navarra y que además, "abre la vía a la privatización". A través de una nota, el secretario general del área de Servicios de ELA, Igor Eizagirre, defendió una fusión integral de las tres "sin renunciar a la reivindicación de una caja para toda Hego Euskal Herria".

También LAB afirmó que la iniciativa significa un avance hacia la "bancarización" que hará que el "margen para la obra social sea cada vez más pequeño". La central añadió que en el actual contexto económico y social "es más necesario que nunca que las cajas sean fuertes para que puedan responder al objetivo para el que nacieron, su función social dentro de un territorio, el de Euskal Herria".

En el lado contrario, UGT y Comisiones Obreras se mostraron favorables. CCOO consideró que el proceso iniciado constituye "un paso adelante muy significativo" para la creación de una empresa "potente financiera y económicamente, capaz de jugar un decisivo papel en la economía de su entorno y de generar un importante dividendo social". Su apoyo se intuye importante, dado su peso en las asambleas de las tres entidades financieras. Por su parte, el secretario general de UGT en Euskadi, Dámaso Casado, afirmó ayer en Bilbao que el acuerdo para la integración de la cajas es "un tema que no parece que vaya a ser muy negativo", y que "va a ir bien".

Por último, la Confederación Empresarial Vasca (Confebask) explicó que la consecución de una entidad "no sólo financieramente más sólida, sino también tractora" del desarrollo económico-industrial del país, hace de éste un proyecto de "interés general por el que esta organización patronal siempre ha apostado".

Cuando se materialice el nuevo banco, Confebask espera que sea "capaz de atender no sólo las exigencias de tamaño, solvencia y fortaleza que se plantean al sector financiero en un momento de máxima trascendencia para éste, sino que también responda a las necesidades de financiación de las empresas y del conjunto de la sociedad vasca, contribuyendo así a la salida de la crisis".