tokio. El Shinkansen o tren bala japonés estrenó ayer su último modelo, un silencioso y aerodinámico Hayabusa que es capaz de alcanzar 300 kilómetros por hora en apenas seis minutos. Su debut reunió a una multitud de entusiastas en las dos estaciones que une, Tokio y Aomori (norte de Japón), una distancia de 714 kilómetros que el nuevo tren recorre en tres horas y diez minutos. Con un morro de 15 metros, el Hayabusa (halcón peregrino) es una síntesis de tecnología de vanguardia, como un sistema que lo hace bascular y mantener los 270 km/h en las curvas. Es el más estable, rápido y silencioso de los trenes japoneses, que en sus 46 años no han sufrido un accidente mortal y cuya demora media es inferior a un minuto. Desde su inauguración el 1 de octubre de 1964, cuando la alta velocidad era un concepto casi utópico en Europa o EEUU, el Shinkansen apenas ha sufrido incidentes. Este Halcón Peregrino es el último producto de la ingeniería japonesa aplicada al ferrocarril, resultado de diez años de investigaciones. Circula a 300 km/h durante gran parte del trayecto y es capaz de reducir el balanceo y las vibraciones.
Un revestimiento especial en cada uno de sus diez vagones lo hace más silencioso, al igual que la aerodinámica de su morro, destinada a amortiguar ruidos de entrada y salida de los túneles, y las fuertes ráfagas de viento del norte.
El nuevo modelo abandona los colores azul y blanco que tradicionalmente han identificado al Shinkansen para teñirse de verde turquesa en la parte superior y blanco en la inferior, con una línea rosada de separación. Como alegoría de los árboles de hoja perenne ha justificado la compañía ferroviaria japonesa la elección del verde, mientras la designación del blanco es en alusión a las nubes, según JR East. Una portavoz de esa compañía aseguró que su interés es atraer, además de a los japoneses, a los turistas extranjeros.
Su debut se vio un tanto oscurecido por la caída a la vía de un pasajero que obligó a retrasar 7 minutos su salida, prevista para las 8.12 hora local (23.12 GMT del viernes), si bien no hubo que lamentar daños.
Unas 1.500 personas se agolparon en la enorme estación tokiota para el estreno del Hayabusa, cuyo primer billete se había vendido en subasta por 385.000 yenes (3.350 euros), cuando una butaca de primera clase de un único sentido cuesta 26.360 yenes (230 euros). Además del Green Car o primera clase de los Shinkansen, el Hayabusa incluye el más exclusivo GranClass, un vagón con 18 asientos reclinables de cuero, que se asemeja a la clase preferente de las aerolíneas. Desde 2013 está previsto que alcance los 320 km/h, un récord en el transporte terrestre. Gracias a ello recortará 49 minutos a las 3 horas y 59 minutos que tardaban los otros trenes bala.