Vtoria. La persistencia de la crisis continúa obligando a las empresas a discurrir nuevas fórmulas y mecanismos de los que poder tirar para capear el temporal. En Euskadi, el grupo de distribución Eroski es uno de los ejemplos más populares. Su plantilla anunció ayer que por segundo año consecutivo se congelará el sueldo y, además, que elevará su jornada laboral un 5% más, manteniéndose de esta forma la misma iniciativa del año pasado, donde los trabajadores se incrementaron un 10% el número de horas trabajadas sin elevar la retribución.
La razón a esta apretura económica es sencilla. La crisis continúa ahí. "El pasado año fue débil y las ventas decrecieron por segundo año consecutivo", resumió el presidente del grupo vasco de distribución, Agustín Markaide, durante un encuentro con medios de comunicación en el que avanzó la intención de Eroski en los tiempos que corren: "Ser más atractivo y no más grande". El grupo cuenta actualmente con 2.367 establecimientos, incluidos 113 hipermercados, a lo que se añaden supermercados, tiendas de deporte, perfumerías, agencias de viaje y gasolineras. Es el tercer grupo de distriución de España, con el 11,5% del mercado, tras Carrefour y Mercadona.
Un año débil Estabilizado desde un punto de vista financiero, Markaide calificó el comportamiento de 2010 como "débil" desde el punto de vista de las ventas, con un decrecimiento del mercado de alimentación por segundo año consecutivo. A su juicio, se trató de un hecho "extraño", porque no sólo se produjo una reducción de la cantidad económica, sino también del volumen. Si el inicio del pasado año fue positivo, a partir de mayo, coincidiendo con la crisis griega y el anuncio de reformas y congelaciones salariales, el mercado "dio otro bajón" en el que permanece. "No va a mejor ni va a peor", dijo Markaide.
Por esta causa, el grupo de distribución ha trabajado en "mejorar notablemente su eficiencia" mediante la contención de gasto y el incremento de la eficiencia y gestión de los procesos, ahorro que, en la última parte del año ha "volcado" al mercado, "a los márgenes y a la bajada de precios".
En este sentido, el objetivo de Eroski es mantener su cuota de mercado tras el fuerte crecimiento del último lustro, sobre todo a raíz de la compra de Caprabo en 2007 por unos 1.100 millones de euros. La estrategia para mantener su cuota pasa por hacer una tienda más cercana al cliente, lo que intentará a través de actuaciones como la de ofrecer "un precio atractivo" y mayor capacidad de elección al cliente.
Guerra de precios La firma vasca tiene actualmente un 20% de sus estanterías ocupadas por productos de marca blanca y otro 13% con marca propia de mayor calidad, de manera que un tercio de sus productos son propios. Y aunque no es un objetivo del grupo, el presidente de Eroski detalló que es el consumidor el que está optando por la marca blanca, un consumidor "selectivo al que no le importa comprar un televisor de pantalla plana pero prefiere un ahorro en los productos de alimentación", explicó.
En este contexto, advirtió, la "guerra de precios va a ser permanente", máxime en estos momentos cuando están subiendo materias primas como el trigo, el aceite o el cacao.