Doha. Ayer volvió a llover en Doha, la capital de Qatar, y eso es noticia para un emirato que apenas registra precipitaciones más allá de una semana al año. Por eso ayer la estampa urbana rompía con la rutina, ofreciendo continuas muestras de calles y carreteras anegadas por la lluvia, algo impropio del tercer productor mundial de gas con una bolsa marina que triplica su superficie, similar a una región como la de Murcia.
Este recurso energético le permitió el pasado año exportar crudo por valor de 50.000 millones de dólares, que unido al del petróleo -produce otros 800.000 barriles al día-, convierten a los apenas 200.000 qatarís que viven en el país en una clase absolutamente privilegiada a razón de 100.000 dólares de renta per cápita. Pero el maná energético es finito y el Emir, Hamad Bin Khalifa Al-Than, lo sabe. Por eso hace tiempo que diseñó un plan estratégico para diversificar su economía y no hacerla tan dependiente de los hidrocarburos, que hoy suponen el 60% de su PIB. Algo similar a lo que están llevando a cabo Abu Dhabi y Dubai.
En este contexto, el lehendakari inició ayer en Doha su visita de dos días a la capital del emirato junto a las empresas vascas desplazadas a la zona. Y lo hizo con buen pie, intuyendo "buenas sensaciones" de los tres encuentros que mantuvo con diferentes personalidades de Qatar.
con el príncipe heredero La más mediática le sentó junto al príncipe heredero, Mohammed Bin Hamad Al-Thani, que excusó al Emir, de viaje oficial en Egipto, al tiempo que recibió la carta que el rey Juan Carlos envió a su padre a través de Patxi López. El encuentro se desarrolló con celeridad, casi por exigencia del príncipe, que pidió "máxima concreción" a la comitiva vasca para entrar de lleno en lo sustancial. Así surgió la creación de una comisión de trabajo entre Euskadi y Qatar para que ambos gobiernos trabajen juntos a partir de ahora en materias como la salud, las energías renovables, la educación y proyectos de alto valor tecnológico. La creación de dicha comisión, que tendrá un carácter bilateral, se activará de forma inmediata, probablemente a la vuelta del viaje institucional a los Emiratos Árabes Unidos, y estará tutelada por el consejero de Industria, Bernabé Unda.
El protocolo de Lehendakaritza dispuso poco después para el lehendakari un encuentro con Sheikha Mozah Bint Nasser Al Missned, esposa del Emir y presidenta a su vez de Qatar Foundation, un organismo que está impulsando a golpe de talonario sectores de alto valor tecnológico, educativo y social para un país que persigue una nueva identidad. Por eso uno de sus objetivos es intentar atraer, en el menor tiempo posible, el mayor flujo de inversiones. Y en esta línea se explicarían proyectos como Education City, un centro de referencia internacional destinado a la ciencia y tecnología. Estos dos motores que ayer conoció de primera mano López podrían resultar ventajosos para la economía vasca.
La guipuzcoana CAF, por ejemplo, compite en estos momentos con la alemana Siemens por un contrato de 300 millones de dólares para fabricar el tranvía sostenible que circulará por la Ciudad de la Educación. Y aunque las posibilidades son pocas, Sheikha Mozah solicitó al lehendakari un informe más exhaustivo del proyecto para tener una visión más global.
También mostró interés la esposa del Emir por la fuente de espalación de neutrones y la subsede que tendrá en Bilbao--"¿cómo puedo participar en ella?", le preguntó al lehendakari-, pero sobre todo insistió en conocer de cerca el funcionamiento de los centros tecnológicos vascos, que seguramente visitará en los próximos meses. En el ámbito universitario también se acordó la puesta en marcha de un programa de intercambio de estudiantes entre los tres rectorados vascos (UPV, Deusto y Mondragon) y las seis universidades que tiene Qatar, de las cuales cinco son norteamericanas. La última parada del día llevó a López a Qatarí Diar, uno de los tres poderosos brazos del fondo soberano QIA (Qatar Investment Authority), que el año pasado manejó unos fondos de 50.000 millones de dólares, según datos del Sovereign Wealth Funds Institute. Allí se reunió el lehendakari con su director ejecutivo, Ghnim Bin Saad Al Saad, con quien comprometió la presencia de algunas empresas vascas en Doha con motivo de un congreso sobre industria verde en marzo, y meses después, en octubre, invitar al sector vasco del ferrocarril a una feria a la carta.