Existe desde hace meses en el entorno de la Cámara una cierta sensación de cambio, de ruptura con lo establecido, a pesar de su centenaria trayectoria. Esa sensación no es casual. Coincide con la llegada el pasado mes de marzo de un nuevo equipo que lidera Gregorio Rojo, probablemente uno de los personajes más influyentes en la vida económica y empresarial del territorio. No en vano, hubo un tiempo en que cargó este empresario en Álava con el apelativo del todopoderoso, cuando acaparó él solo las presidencias de la Caja Vital, la Cámara y una vicepresidencia ejecutiva en SEA Empresarios Alaveses. Su dimisión el pasado mes de julio de la entidad financiera -jamás pensó que tendría que salir por la puerta trasera- derivó prácticamente todo su potencial hacia el mundo empresarial, fundamentalmente en la institución cameral. Y a ella se dedica desde marzo prácticamente en cuerpo y alma, "todas las horas del día", reconocen algunos de sus colaboradores. En eso también la Cámara está cambiando. Nunca antes un presidente había desempeñado su cargo con un carácter tan ejecutivo como Rojo. Le gusta mandar y manda. Punto. El resto, ya se sabe: trabajo, esfuerzo y polémica, siempre innata en Rojo.
Su reto desde marzo, según ha manifestado en varias ocasiones, pasa por lavar la cara de la Cámara. Es un empeño casi obsesivo que el pasado viernes, en el marco de los XXV Premios a la Internacionalización, volvió a reiterar ante más de 200 agentes del ámbito económico alavés: "Tenemos que comunicar qué es la Cámara y qué servicios ofrece". En otros foros más privados, como el que meses atrás organizó este diario, fue incluso mucho más gráfico a la hora de reflejar esta declaración de intenciones. "Quiero que los empresarios vengan a manchar la Cámara", sostuvo con rigor. En este empeño son muchos los proyectos que pretende llevar a cabo, de momento, hasta 2014, y de la mano, eso sí, de un Pleno forjado a base de compañías de reconocido prestigio: Mercedes, Michelin, Aernnova, Condesa, Grupo Sainsa, bodegas como Riscal o Faustino, constructoras como Zikotz, Sarkis o Pérez de San Román, comercios agrupados en Gasteiz On, Asociación de Hostelería... La nómina, no obstante, es "incompleta" para un determinado sector del Valle de Aiala -su influencia en el PIB alavés es significativa-, que no cuenta con ningún representante de sus empresas más representativas. Este hecho, sin ir más lejos, provocó en su día un profundo malestar en la zona e incluso dio lugar a alguna dimisión de SEA como la del empresario Sabin Iza.
proyecto estancado
¿Habrá Edificio Empresarial?
Así y todo, la maquinaria cameral ha seguido avanzando. Y lo ha hecho al ritmo que marca su patrón, esto es, exigente y competitivo. "El presente y el futuro está en nuestras manos; todos somos parte de la solución", advirtió el viernes. Bajo esta filosofía, en los próximos días verá la luz el plan estratégico que la Cámara ha elaborado para los próximos cuatro años. Los miembros del Pleno conocieron los detalles del mismo el pasado 23 de noviembre, incluida una campaña de comunicación que más de uno calificó de "sorprendente". El plan de acción, elaborado a partir del trabajo que han realizado las diferentes comisiones creadas al efecto, hará especial hincapié en la internacionalización como herramienta "crucial" para el presente y el futuro de la economía alavesa. Pero también asumirá retos como la mejora de la competitividad, el fomento de la formación y la innovación en las empresas, la apuesta por el emprendizaje o la promoción del comercio, la hostelería, el turismo y el vino. Todo ello, además, en un contexto de incertidumbre que exigirá una mayor colaboración y coordinación entre todos los agentes que conforman la actividad económica y empresarial de Álava. Desde el Gobierno central hasta el Vasco, pasando por la Diputación, el Ayuntamiento o el conjunto de las Cámaras de Comercio. "Debemos fomentar las alianzas y apostar por la cooperación empresarial", conminó Rojo.
En su hoja de ruta también habrá un hueco para sacar adelante un proyecto personal, el Edificio Empresarial que aglutinará toda la vida económica y empresarial alavesa, y que ya en su día impulsó sin éxito desde la Caja Vital. Precisamente uno de sus detractores fue su antecesor en el sillón cameral, Román Knörr, reacio a trasladar parte o toda la institución a "no se sabe muy bien dónde", tras una reforma millonaria en sus instalaciones de Dato. Conociendo a Rojo es más que probable que este nuevo icono alavés vea la luz más pronto que tarde. De momento, tiene cuatro años para hacerlo. Y la plana mayor del empresariado alavesas le observa. Reto servido.