vitoria. La fabricación de las cápsulas de estaño es sin lugar a dudas el producto estrella de la compañía alavesa. Sin embargo, su origen no es ni mucho menos actual. La apuesta se remonta a 1992 como consecuencia de una prohibición del Gobierno estadounidense que decidió retirar cuatro metales tóxicos en los embalajes (plomo, mercurio, cadmio y cromo hexavalente). Aquella decisión alteró los planes de fabricación en Ramondín, que tuvo que rediseñar su plan de negocio para adaptarse a las nuevas condiciones de mercado.
El resultado fue una renovación de todas sus instalaciones y una apuesta sin precedentes en su departamento de I+D para conseguir una cápsula en estaño muy puro que, con un mínimo espesor, fuera aceptada por los usuarios. La fórmula funcionó y actualmente produce desde sus instalaciones alavesas más de 500 millones de estas cápsulas destinadas a proteger las mejores joyas de marcas como Johnny Walker o Chateau Margaux, uno de los caldos franceses más caros del mundo -la botella puede alcanzar los 3.000 euros-. Cada una de estas cápsulas está fabricada en una sola pieza, sin juntas antiestéticas ni arrugas, "lo cual mejora notablemente la imagen final del producto", sostienen sus responsables. Además, se trata de un precinto ecológico, ya que es reciclable y utiliza pinturas al agua.
l Cápsulas. Fabrica 1.500 millones unidades al año, de las cuales, 500 son de estaño, la máxima calidad.
l Clientes. 10.000.
l Presencia internacional. Ramondín está presente en 40 países, tiene tres fábricas (Laguardia, Francia y Argentina) y 12 delegaciones comerciales .
l Exportación. El 75% de lo
que fabrica en Álava.
l Trabajadores. 500.