lA reforma laboral a nivel estatal, de manera abreviada y de forma muy rápida, tras pasar por la Comisión de Trabajo del Congreso durante el mes de julio y continuar su transito por la Comisión de Trabajo e Inmigración de la Cámara Alta, con competencia legislativa plena, en el mes de agosto, ha superado el tramite legislativo de nuevo en el Congreso, como los antiguos malos estudiantes, el pasado 9 de septiembre, veinte días antes de la huelga general.

El proyecto legal, únicamente votado favorablemente por el PSOE, contó con la colaboración, en forma de abstenciones, de CIU y PNV, permitiendo que la nueva norma sea ya una realidad.

Se ha de partir de la idea que con esta reforma planteada no se va a crear empleo de forma inmediata y de cierta calidad, como si fuera magia, y que los casi cinco millones de parados, a nivel estatal, no van a encontrar un trabajo interesante y de carácter indefinido, en un cierto plazo de tiempo.

En la actualidad, mas del 90% de los contratos laborales que se vienen firmando, tiene el carácter de temporales, y este matiz es fundamental destacarlo, ya que la incertidumbre en el futuro de estos trabajadores, les provoca una grave indefensión, y les hace temer que están abocados antes o después al desempleo.

Es lamentable, pero tal vez muy realista, que la economía española tendrá que convivir con tasas muy elevadas de paro, tal como anticipó la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS), durante bastantes años, casi duplicando las estimaciones expuestas por el Secretario de Economía José Manuel Campa, que situó en cinco años la vuelta a una proporción de parados del 8%. ¿Media generación perdida?

Todo lo anterior no es pecar de pesimismo, ya que las expectativas a corto y medio plazo, a nivel de mercado interior, presentan un horizonte no demasiado halagüeño.

Concluye la temporada veraniega y con ella la alegría artificial del calor y del ocio, se diluyen las celebraciones de los acontecimientos deportivos tan festejados, se van retirando los estímulos económicos públicos en algunos sectores de la actividad, se empieza a sufrir con los ajustes del gasto público, las políticas de freno llevadas a cabo por Fomento respecto a la obra pública, producirán nuevos ajustes laborales, etc. y como consecuencia de todo ello el miedo y la incertidumbre harán disminuir la confianza del consumidor y por tanto el consumo y la demanda de productos y servicios.

El Banco de España, en su último boletín de abril, y aparecido los primeros días de agosto, critica que la reforma "adolece de falta de concreción". Por ello señala, que los asuntos que quiere abordar (contratación temporal, fomento del contrato indefinido, impulso del contrato a tiempo parcial y plan de impulso juvenil), dependerán de cómo se materialicen en la practica diaria, pudiendo resultar o no muy relevantes para el funcionamiento futuro del mercado laboral. El organismo público se lamenta que la propuesta "desplaza la modificación de la negociación colectiva al acuerdo entre agentes sociales, lo que puede retrasar la necesaria reforma de este aspecto central del mercado laboral".

La entidad que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez, cree además que si el diseño de la reforma no se modifica, las empresas tienen mas facilidades para incumplir los salarios pactados en el convenio (descuelgues salariales), y esto sería "un elemento adicional que podría favorecer la moderación salarial y un descenso de los costes laborales por unidad de producto de cara al futuro, singularmente acusado en la industria". De esta forma se confirmaría la desaceleración del crecimiento de las retribuciones registradas desde mediados del ejercicio.

No siendo ni mucho menos lo mas importante de esta reforma, los medios de comunicación, las centrales sindicales y el mundo empresarial han prestado la máxima atención, al aspecto referido al despido, y mas en concreto al despido objetivo, así como a la precisión e inclusión de las causas económicas, y su pormenorización y concreción con respecto a la cuantía de la indemnización a percibir por el trabajador contratado y afectado.

A lo más que se puede aspirar con esta reforma en un plazo temporal medio, es a contener la sangría del paro. El Gobierno estaría satisfecho si con la nueva reglamentación laboral no se alientan los despidos, porque lo que si parece claro, tal como afirman los sindicatos, es que los derechos de los trabajadores van a verse reducidos.

Lo que tal vez exija al Gobierno esta reforma, y los motivos de la misma, es a replantearse el modelo económico y de crecimiento que ha existido hasta ahora, y potenciar, entre otras cosas, el peso del sector industrial en relación al PIB, e intentar que se acerque a los niveles europeos. La industria española representa el 15% del PIB, además con empresas no excesivamente competitivas, ni exportadoras, muy por debajo de la media de UE, y a gran distancia de Alemania, Suecia, Holanda etc., con producciones industriales muy próximas o que superan el 25% de sus PIB.

Para ello se habrán de procurar y fomentar políticas inmediatas e intensivas de formación y calificación profesional, de mejora y apoyo a la competitividad, de esfuerzo decidido por la innovación, etc. La administración española debe de apostar por un apoyo serio y prolongado por los sectores estratégicos, como el de la automación, aeroespacial, biotecnológico o las TIC, siendo el mercado exterior y la exportación el objetivo inmediato y constante.

Tal vez tengamos que aprender TODOS la forma en que han reaccionado las empresas alemanas, que de forma sorprendentemente rápida, han pasado de la profunda crisis de los dos o tres últimos años, a sacar partido del repunte actual de la demanda mundial, y a convertirse de nuevo en exportadoras excelentes. El mantenimiento o la reducción, en algunos casos, de los precios y salarios los últimos años a nivel nacional, y el haber tomado medidas a su debido tiempo, reteniendo en activo a los trabajadores durante menos horas diarias, compensando el resto con formación continua, durante estos años de tristeza y crisis, en vez de despedirlos (Kurzarbeit), ha hecho posible que las empresas tengan a su disposición empleados y trabajadores capacitados, preparados y animados para hacer frente a los retos de una demanda sostenida, y sofisticada siendo competitivos.

Sectores alemanes como maquina herramienta, electrónica, química, automovilística etc. están volviendo a vivir su expansión, que ójala dure en el tiempo, aunque en el próximo otoño cuando se plantee la negociación colectiva, tal vez los trabajadores alemanes soliciten "la parte de la tarta" que a ellos les corresponde.