madrid. El grupo Sacresa presentó ayer un concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) en el juzgado mercantil número dos de Barcelona pasadas las 14.00 horas con una deuda total que asciende a 1.800 millones de euros con quince entidades financieras, confirmaron fuentes cercanas a la empresa.

Controlada por la familia Sanahuja, la promotora había comunicado el pasado mes de marzo a este mismo juzgado la situación de insolvencia y se ha visto obligada a recurrir al concurso de acreedores al fracasar la propuesta de refinanciación de la deuda con la banca.

Éste es el tercer concurso de acreedores más importante por volumen de la historia de España, únicamente superado por Martinsa-Fadesa (5.200 millones de euros) y Promociones Habitat (2.300 millones).

El equipo de abogados de la promotora presentó ayer después de las 14.00 horas en el juzgado mercantil la solicitud de concurso de acreedores con una deuda total que asciende a 1.800 millones de euros. Tras registrarse ayer la documentación, el juez José María Ribelles emitirá un auto en los próximos días, previo estudio del material que han aportado los abogados de la empresa. Sacresa es la primera promotora de Cataluña y llegó a ser la mayor inmobiliaria de España cuando controlaba Metrovacesa, pero la toma de control de esta inmobiliaria forzó la ruina de Román Sanahuja y su familia.

El grupo Sanahuja engloba a las sociedades participadas por Román Sanahuja Pons, su esposa Ana María Escofet Brado y sus hijos Román, Javier, Juan Manuel, Ricardo, Ana María, María del Mar y Teresa.

El concurso de acreedores forma parte de una segunda oleada de procesos concursales fruto de fracasos de refinanciaciones bancarias, como el presentado a principios de junio por la inmobiliaria catalana Fbex, propiedad de Juan Parada, con una deuda de 640 millones de euros.

plan de viabilidad Hasta el momento las entidades financiares no han considerado creíble el plan de viabilidad presentado por la familia, que preveía ceder a la banca activos valorados en más 1.000 millones de euros, una quita del 30% en la deuda que no cuenta con garantía hipotecaria y un periodo de carencia de cinco años para todos los pagos.

En el plan de viabilidad, los Sanahuja cedían a la banca casi todos sus activos inmobiliarios, y retenían la propiedad del centro comercial Magic Badalona, unos terrenos para promover viviendas junto a Finestrelles y la sociedad patrimonial propiedad de la Illa Diagonal. La banca considera que la deuda que retenía el grupo tenía escasas posibilidades de ser pagada, por lo que el acuerdo no evitaría la presentación del concurso.