vitoria. El conflicto laboral en Saunier Duval amenaza enquistarse. Tras dos meses de negociación en los que no ha habido "ningún avance", según la propia empresa, el anuncio de ésta de retirar el pasado lunes el ERE de extinción para 80 de sus trabajadores con el fin de volver a presentarlo -previsiblemente mañana-, al amparo del nuevo decreto de reforma laboral, ha caldeado aún más el ambiente. De una parte, Saunier continúa considerando "inviable" la fábrica de Júndiz y ofrece como compensación a los 80 despidos un "generoso" plan social para, entre otros, recolocar a los afectados. La puesta en marcha de este plan, sin embargo, exige el compromiso de éstos y, de momento, no están por la labor. "Ese plan ni está ni se le espera; queremos un plan industrial porque entendemos que sí somos rentables", señaló ayer un portavoz tras la rueda de prensa que ofreció el comité de empresa para denunciar la "nueva vuelta de tuerca" que ha protagonizado el grupo Vaillant. "El ERE que van a presentar es una fotocopia del primero y persigue dos cosas: que sea más fácil que se lo apruebe la administración y que le salga más barato", denunció ayer Luis Fernández, responsable de ELA en Álava. En su empeño por mantener el empleo en Vitoria "cueste lo que cueste", el comité anunció una serie de movilizaciones: para mañana viernes han convocado una huelga de 24 horas y una concentración frente al Ayuntamiento, que en su pleno ordinario tratará una moción que ha elaborado el propio comité. Para la semana que viene una representación viajará hasta Alemania, donde con motivo de la reunión anual con la dirección de Vaillant, protestará junto al comité europeo por la amenaza de cierre de cinco de las 15 plantas que el grupo tiene en el mundo, entre ellas la alavesa. Y el 9 de julio protagonizarán una manifestación conjunta con los amenazados en Kemen.
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