Vitoria. El constante bloqueo en la negociación colectiva en la Comunidad Vasca, debido a la estrategia sindical de ELA de cerrar los acuerdos empresa a empresa con la confrontación como principal baza, puede tener los días contados si se materializa una alianza entre Confebask, UGT y CCOO gestada en el seno de la mesa de diálogo auspiciada por el Gobierno vasco.

Según ha podido saber este periódico, en ese foro se han sentado las bases de un Acuerdo Interprofesional de Negociación Colectiva (AINC) similar al del Estado, pero circunscrito y negociado en Euskadi, que "neutralizaría el veto de ELA" a los marcos de negociación sectoriales y provinciales. Tanto ELA como LAB serán invitados a sumarse si se materializa esa posibilidad, todavía en fase de estudio, aunque lo rechazarían casi con total seguridad.

Al AINC vasco fijaría entre otras cuestiones un suelo mínimo para los incrementos salariales anuales del conjunto de trabajadores. Se negociarían los convenios a partir de ese suelo y, en caso de no producirse acuerdo, se trasladaría casi automáticamente a las empresas y sectores bloqueados, restando notablemente el margen de maniobra de ELA. "Se daría pie a que se firmen convenios que igualen o mejoren ligeramente ese suelo mínimo en caso de no producirse un acuerdo", sostienen fuentes consultadas conocedoras del proceso activado en la mesa de Ajuria Enea.

acuerdo en minoría El debate se activa a las puertas de la celebración del 1 de mayo, una fiesta en la que se materializa año atrás tras año la división sindical en la CAV, añadiendo más tensión entre los dos bloques. El pacto guía para los convenios supondría de facto apartar a la mayoría sindical -ELA (40%) y LAB (casi un 17%)- de la negociación colectiva.

Comisiones (20%) y UGT (13%) están lejos de los porcentajes de representatividad de las centrales abertzales pero han encontrado un espacio de entendimiento con la patronal gracias a una preocupación común. Los ingresos y condiciones laborales de casi 650.000 asalariados vascos dependen de los convenios y sólo 150.000 lo tienen en vigor. En otras palabras, medio millón de trabajadores tienen bloqueados su marcos laborales.

Los promotores de la iniciativa temen que la situación de bloqueo y sus efectos en las economías de las familias de los trabajadores se agraven durante la crisis y, además, han detectado un enquistamiento de la negativa de ELA a negociar convenios sectoriales. En la última década, el sindicato con mayor representación sólo ha firmado convenios donde tiene mayoría absoluta, como en el comercio de Bizkaia y Gipuzkoa. ELA no estampa desde hace más de diez años su firma en los importantes convenios provinciales del metal. En el ámbito de la administración pública vasca lo acaba de hacer con el nuevo Gobierno socialista, pero no lo hacía desde el año 2000. Un acuerdo interprofesional vasco sería una palanca de dinamización de los convenios, porque modificaría los mecanismos y agilizaría los ritmos de negociación colectiva, sostienen las citadas fuentes. Confebask lograría acercarse bastante a un escenario de "paz social" desconocido en la CAV con el acuerdo a tres bandas bajo el paraguas de la mesa promovida por el Ejecutivo López. UGT y Comisiones desactivarían la "estrategia de veto que ELA impone" en los convenios.

La posible alianza en torno a un AINC vasco buscaría siempre mejorar las condiciones del suscrito, en la última revisión para los próximos tres años, en Madrid. Allí, la base de incremento salarial para este ejercicio es de un uno por ciento, entre un uno y un dos para el próximo, y la horquilla 1,5-2,5 de cara a 2012. Esa variación supone en cierta forma avanzar en la línea de un marco vasco de relaciones laborales, pero contará con el rechazo frontal de ELA y también de LAB. El acuerdo interprofesional abriría la puerta a un firma masiva de convenios de eficacia limitada -en minoría- y puede incluso derivar en proceso judiciales por parte de la mayoría sindical.