BILBAO. La crisis puede con todo, incluso con la extra que reciben los pensionistas cada enero por la desviación del IPC respecto a las previsiones del Gobierno central. Las pensiones subieron a principios de año un 2%, pero el índice de precios de referencia para el ajuste, el de noviembre, sólo un 0,4%. El dato permitió al IPC salir del pozo después de ocho meses consecutivos en números rojos. Los precios han subido un 1% este mes.
A luz de la inflación de noviembre, los pensionistas técnicamente han mejorado este año su poder adquisitivo un 1,6%. Por primera vez desde 1998 no tendrán esa compensación, que sin ser muy alta caía llovida en plena cuesta de enero. En 2008, el pago medio superó los 250 euros. Este año sólo hubo cuatro décimas de desfase, apenas treinta euros de corrección. El próximo, nada. No contarán con ese dinero los más de 490.000 pensionistas vascos. Jubilados, viudos, huérfanos, incapacitados permanentes y personas con familiares a su cargo que reciben prestaciones contributivas en la Comunidad vasca.
El Ejecutivo socialista no está dispuesto a asumir el desgaste que supondría pedirles que devolvieran la diferencia, pero está buscando vías para corregir el desfase. Maneja varias opciones -según el mensaje oficial, que oculta la mayoría de ellas- y posiblemente apostará por la menos impopular.
Entre las que han trascendido está la posibilidad de subir las pensiones un 1% en 2010 y no realizar ajuste tampoco en 2011 aunque el IPC supere ese porcentaje. La propuesta cuenta con el rechazo sindical y con limitaciones legislativas, la compensación está referenciada por ley al IPC de noviembre
ahorro para el ejecutivo De momento, de lo que no hay ninguna duda es de que los pensionistas no percibirán la paga que amortigua la subida de precios. Todo apuntaba a que sería así y el dato del IPC adelantado hecho público ayer no hizo más que confirmarlo. El Estado no tendrá que compensar a los perceptores de las pensiones por la pérdida de poder adquisitivo, algo que no ocurría desde 1998. Mala noticia para el pensionista, que se tendrá que conformar con saber que a lo largo de año ha tenido más recursos económicos que los que le correspondía; buena para la Tesorería del Estado.
El Gobierno se ahorrará una suma importante -la paga de este año supuso un coste de 635 millones de euros- y, si bien es cierto que a efectos práticos ese dinero se adelantó el pasado enero, a estas alturas de la crisis todo gasto que se evita y se reorienta hacia otras actuaciones es una palanca de crecimiento.
Más buenas noticias para La Moncloa. El IPC ha remontado justo cuando más lo necesitaba el Gabinete Zapatero. Desde que entró en números rojos en marzo, el indicativo ha caído con estrépito mes a mes. El Gobierno español ha defendido en soledad que no había riesgo de deflación y que el año se cerraría en positivo. El encarecimiento de productos de cara a las fiestas navideñas permitirá apuntalar sin más sobresaltos la tendencia de noviembre.
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, que lleva meses defendiendo ese mensaje, se jactó ayer de que el Ejecutivo "una vez más" había acertado en una previsión económica. Los sindicatos, por su parte, alertaron de los efectos de un petróleo caro en una economía tan castigada como la española. Si no crece el empleo y sube un bien tan volátil como las gasolinas, las familias pueden acabar estranguladas.