El Kas se impuso, por primera vez, en una etapa del Tour en 1964
La escuadra alavesa, dirigida por Dalmacio Langarica, resulta ganadora en la contrarreloj por equipos Forest-Forest
El 24 de junio de 1964, en su segunda comparecencia en la “Grande Boucle”, el conjunto ciclista alavés de la SD Kas lograba alcanzar su primera victoria en una contrarreloj por equipos en el Tour de Francia. Los “conducidos” desde el coche por el vizcaíno Dalmacio Langarica lograban imponerse a escuadras como Saint-Raphaël –con Jacques Anquetil como jefe de filas–, Mercier (Raymond Poulidor), Peugeot (Tom Simpson), Margnat-Paloma (Federico Martín Bahamontes), Salvarani (Vittorio Adorni), Pelfort (Henri Anglade), Solo-Superia (Rik Van Looy) o Wiels-Groene (Hans Junkermann).
Seis años antes, en 1958, la familia Knörr Elorza –propietaria de la firma vitoriana de refrescos Kas– decidía dar un paso al frente y entrar de lleno en el mundo del ciclismo profesional. Para ello alcanzaba una alianza con el equipo guipuzcoano Boxing Ciclo-Club de Villafranca de Oria –desde enero de 1982 y oficialmente Ordizia–, que de la mano del filántropo Mariano Galarza había salido a las carreteras en 1952. ¡Nace el Boxing-Kas!
El sábado 11 de enero de 1958 queda constituida oficialmente la nueva formación en Vitoria, en la sede de la empresa Kas, con la presencia de Luis y Javier Knörr representando a la casa comercial, Mariano Galarza al Boxing Ciclo-Club, Luis Goicoechea –el popular “Goico”– como director técnico de la neonata escuadra y los corredores Antonio Ferraz, Benigno Aspuru, Fausto Iza, Luciano Montero Rechou, José Luis Talamillo, Juan José Otegui, Juan Antonio Musitu y Felipe Alberdi que, a su vez, rubrican los correspondientes contratos oficiales.
Un mes más tarde aproximadamente, el 18 de febrero, el Boxing-Kas es presentado en sociedad en Ordizia y a los ocho ciclistas presentes en la cita de Vitoria se les unen Cosme Barrutia, Martín Abaroa, Pedro Güenechea y Félix Esperasate. Tiempo después, en esa misma campaña, irán llegando Julio San Emeterio, José Herrero Berrendero y Manuel Martín Piñera.
En el transcurso del acto ordiziarra, celebrado en el Hotel Zubizarreta de la localidad, se dan a conocer los siete primeros corredores que van a defender la camiseta auriazul en el estreno del conjunto en una competición oficial. En la XVII Vuelta a Levante, que se va a desarrollar del 9 al 16 de marzo, son inscritos Antonio Ferraz, Benigno Aspuru, Felipe Alberdi, Fausto Iza, José Luis Talamillo, Cosme Barrutia y Luciano Montero Rechou. Finalmente, Cosme Barrutia –con problemas físicos y pese a tener asignado el dorsal número 76– no está presente en la salida en el madrileño Parque del Retiro.
El paso de Bahamontes
Ese año, 1958, el Boxing-Kas participa, entre otras pruebas, en la Vuelta a España –su primera grande de tres semanas– y al final de temporada los rectores del Kas deciden “volar” en solitario y determinan separarse del bueno de Mariano Galarza de manera amistosa y nada traumática.
En 1959, tan solo como Kas y bajo la dirección de nuevo de “Goico”, el equipo alavés vuelve a correr la Vuelta a España con Federico Martín Bahamontes en sus filas. Si el año anterior en la ronda hispana se alcanzaba un triunfo de etapa –Fausto Iza en la Vitoria-Bilbao–, en 1959 se logran tres parciales con Antonio Karmany, el propio Bahamontes y Julio San Emeterio y además Antonio Karmany (6) y José Segú (3) visten el jersey amarillo de líder de la general durante nueve jornadas. José Segú pierde el liderato en Vitoria el 7 de mayo al finalizar la etapa Eibar-Vitoria, una contrarreloj individual de 62 kilómetros superando los Altos de Elgueta y Urkiola.
Quizás muchos desconozcan el paso de Bahamontes por el Kas el año en el que ganó el Tour de Francia, pero en aquellos tiempos era común que los corredores cambiasen de escuadras durante el curso ciclista.
Bahamontes corrió en 1959 la Vuelta a Levante con el Tricofilina-Coppi, teniendo como compañero al “patrón” Fausto Coppi, la Vuelta a España con la SD Kas y el Tour de Francia con el equipo de España –la “Grande Boucle” se disputaba en un formato de selecciones nacionales y regionales– luciendo publicidad en su maillot de Tricofilina Coppi.
A todo esto, el Kas sigue creciendo. En 1961 se une a la constructora vascofrancesa de bicicletas Royal Asport sita en la localidad de Oloron-Sainte-Marie –cuyo propietario y gerente es Auguste Habierre, hijo del primer ciclista con nacionalidad española en correr el Tour de Francia en 1909 y cuya sorprendente y terrible historia relataremos en su día–, con la idea de cubrir gran parte del calendario español y del Sudoeste francés con el nombre de Kas-Royal Asport.
El Tour de Francia de 1961 vuelve a disputarse por escuadras nacionales y regionales, pero hay tres ciclistas de la nómina del Kas que disputan la gran ronda francesa. Son el murciano Juan Campillo con el equipo de España, el vascofrancés Marcel Quéheille con el combinado del Ouest-Sud Ouest galo y el inglés Arthur Stanley “Stan” Brittain con la selección de Gran Bretaña.
Debut en el Tour
En el tramo final de esa temporada 1961, en la Volta a Cataluña que se celebra del 17 al 24 de septiembre, aparece en la dirección técnica del equipo “amarillo” un hombre que tendrá una gran importancia en su historia –con él el equipo Kas dará un gran salto de calidad– para convertirlo en uno de los mejores conjuntos ciclistas del mundo: Dalmacio Langarica.
Dos años más tarde, en 1963, la escuadra vitoriana debuta en el Tour de Francia con el alavés Eusebio Vélez de Mendizabal en sus filas y un decimocuarto puesto en la clasificación general, como mejor posición, a cargo del vizcaíno Patxi Gabica a 26’ 44” del vencedor, el normando Jacques Anquetil.
Tras la experiencia vivida en 1963 Kas repite en el Tour de Francia un año más tarde y en la salida de Rennes, en la Bretaña el 22 de junio, el “once” alavés –que adopta el apellido Kaskol– forma con los siguientes ciclistas: Antón Barrutia (dorsal 100), Sebastián Elorza (101), Carlos Echevarría (102), Patxi Gabica (103), Julio Jiménez (104), José Antonio Momeñe (105), Manuel Martín Piñera (106), Joaquín Galera (107), Juan Mari Uribezubia “Katarra” (108), Valentín Uriona (109) y Eusebio Vélez de Mendizabal (110). Los once corredores a las órdenes del vizcaíno Dalmacio Langarica.
Las dos primeras etapas tienen un perfil llano, con una pequeña tachuela en cada una de ellas de cuarta categoría, y la victoria va a parar a las piernas de dos cualificados “llegadores”: el belga Edwars Sels (Solo-Superia) en la inicial con final en Lisieux y el francés André Darrigade (Margnat-Paloma) en la siguiente, Lisieux-Amiens. El primero de ellos con triunfos de etapa en las tres grandes Vueltas en su palmarés y el segundo Campeón del Mundo de Fondo en Carretera en 1959, entre otros grandes resultados.
La tercera jornada del Tour de 1964 se divide en dos sectores. Por la mañana Amiens-Forest de 196,5 kilómetros en línea totalmente llanos con los últimos 79 por tierras belgas y a partir de las 14:45 horas se celebra una contrarreloj por equipos de 21,3 kilómetros, en un circuito de 7,1 de longitud cercano a la localidad de Forest (Bélgica). Cada escuadra debe dar tres vueltas al mismo para completar el recorrido.
Trágico final de Valentín Uriona
El 24 de junio se celebra esta tercera etapa “partida”. En la matinal vence el belga Bernard Van de Kerkhove (Solo-Superia) adelantándose unos metros al pelotón. El triunfador del primer sector es el nuevo líder de la general, sustituyendo a su compatriota y compañero de equipo Edward Sels. Pero los belgas tienen que lamentar la retirada de su jefe de filas y estrella, Rik Van Looy, al sufrir una caída y fracturarse la clavícula.
Idéntica situación se vive en Kas con Valentín Uriona, que asimismo se fractura la clavícula en el kilómetro 150 del primer sector al chocar con un imprudente espectador. Uriona, líder de la formación alavesa, y que viene de ganar el Critérium del Dauphiné-Liberé superando a Poulidor, es un ciclista muy importante en los esquemas de Dalmacio Langarica que ordena a seis de sus hombres parar para intentar integrarle al pelotón.
El doctor Dumas, médico oficial del Tour, le inspecciona en carrera y ordena su retirada inmediata, a los 170 km de etapa, a un centro hospitalario. ¡El bravo ciclista vizcaíno ha permanecido ¡20 kilómetros! subido a la bicicleta con su clavícula izquierda rota. El 30 de julio de 1967 Valentín Uriona encontrará la muerte, tras una caída, disputando el Campeonato de España celebrado en Sabadell (Barcelona).
¡Todo está preparado para el “salto” de los equipos en la contrarreloj! El circuito solo presenta la dificultad montañosa de una cota de 300 metros al 17% de desnivel, el resto del trayecto tiene muchas curvas, ondulaciones y continuos dientes de sierra.
El orden de salida es inverso a la clasificación general por equipos en esa fecha. El Ferrys valenciano sale el primero y detiene el cronómetro en 1h 35’ 22”. ¡Parece un buen tiempo! Las llegadas a meta de las escuadras Flandria (1h 38’ 57”), Peugeot (1h 35’ 42”), Mercier (1h 35’ 30”), Televizier (1h 39’ 22”) y Salvarani (1h 36’ 26”), por este orden, no mejoran la contrarreloj de los dirigidos por Damiá Pla –que de contable en la empresa Ferrys ha pasado a dirigir al equipo ciclista profesional– y liderados en la carretera por el cántabro José Pérez Francés.
Los galones de Patxi Gabica
Se ha cubierto el ecuador de la carrera y Ferrys ocupa la primera posición provisional. Ahora se espera la llegada del equipo vitoriano Kas. ¡Tic, tac, tic, tac…! Los diez ciclistas azules y amarillos marchan coordinados en sus movimientos y en cada uno de los continuos relevos.
Patxi Gabica, ante la ausencia de Uriona, toma los galones de capitán durante el recorrido. Todo está perfectamente estudiado por Langarica, que desde el coche se desgañita dando órdenes. Antón Barrutia y Momeñe llevan en volandas a sus compañeros en el llano y Julio Jiménez y Joaquín Galera marcan el ritmo en la subida al “muro”. También en la cuesta ayudan Gabica y el ciclista de Durana (Álava) Eusebio Vélez.
Coppi abandona la Vuelta a España en Vitoria en 1959
A pocos kilómetros para la llegada quedan descolgados Barrutia y Piñera, agotados por el esfuerzo. Los otros ocho “tiran” a muerte y entran en la meta en tres “grupettas”. Para la clasificación por equipos en la llegada cuenta el tiempo de los tres primeros.
Las marcas de los hombres de Langarica son las siguientes: Momeñe y Gabica (31’ 21”), Carlos Echevarría y Uribezubia (31’ 23”), Vélez, Galera, Elorza y Julio Jiménez (31’ 27”), Barrutia (32’ 46”) y Piñera (34’ 29”). Al conjunto de Vitoria le “pican” 1h 34’ 05”, 1’ 17” menos que los valencianos del Ferrys. Su media horaria es excelente: 40,765 km/hora. ¡Kas pasa a liderar la etapa momentáneamente!
Solo-Superia (1h 34’ 48”) realiza mejor tiempo que Ferrys, pero queda por detrás del Kas. ¡Sólo quedan cuatro escuadras por llegar! La marca de Wiels Groen (1 h 34’ 26”) es inferior a la de los nuestros. ¡Cruza la meta el equipo de Bahamontes!, el Margnat Paloma (1h 37’ 54”), con un registro pésimo. Se acerca el Pelforth de Anglade con un ritmo excelente. ¡Langarica se mesa los cabellos! ¡Uf, ha pasado el susto (1h 34’ 13”) al registrar los franceses 8” más que los de Vitoria!
Ya sólo queda el gran favorito para finalizar, el Saint Raphaël de Jacques Anquetil, Rudi Altig, André Zimmermann, Jean Stablinski … A mitad de recorrido las sensaciones de los dirigidos por Raphaël Géminiani no son buenas. Su llegada confirma los augurios. ¡Son octavos con 1h 35’ 48”! ¡Kas ha ganado! ¡Por primera vez una escuadra estatal vence en una contrarreloj en el Tour!
Langarica, cuando todo se ha acabado, muestra tranquilidad: “Es un gran triunfo, pero ahora lo importante es recuperar. Voy a llamar al hospital para ver cómo está Valentín Uriona”, manifiesta el de Otxandiano de manera lacónica.
Jacques Anquetil –que ganará el Tour por quinta y última vez al llegar a París– alaba la contrarreloj de la escuadra gasteiztarra: “La sorpresa ha estado a cargo de los españoles de Langarica quienes, sin duda, han salido a jugarse el todo por el todo desde el principio. La contrarreloj por equipos no es mi fuerte”, indica disculpándose el as francés apodado por sus compatriotas “Monsieur Crono”.