Si alguna desgracia inunda tu vida, cuando el dolor se abraza a ti y todo parece perdido, algunos se quedan en el “¿por qué a mí?”, haciendo que su ofuscación por la respuesta bloquee la aceptación y, sobre todo, la superación. Frente a ese bloqueo, Irati sí encontró la respuesta de calidad que ahora la está transportando a la superación de su mayor muro, ella misma. La encontró en el deporte, en el snowboard. Lejos de cualquier conmiseración, la rider de Getaria está logrando deslizarse por la vida con la misma fascinante gracilidad con la que lo hace en su tabla por las pistas de nieve.

¿Qué personas, reflexiones o apoyos le ayudaron a superar la actitud de aislamiento y volcarse en el deporte hasta pasar a la competición? 

-Mi familia fue indispensable para superarlo todo. Tras el accidente tuve que hacer mucho trabajo psicológico para aceptarme, quererme a mí misma y gestionar el día a día. Fue indispensable Aitana, la amiga con la que tuve el accidente; nos apoyamos mucho mutuamente. Cuando probé el snowboard conocí a Astrid Fina (primera española medalla paralímpica), que también sufrió un accidente de moto, perdió la pierna y empezó de cero en el snowboard. Me animó su historia tan parecida a la mía y pensé que también yo podía aspirar a eso. Y Raquel Martínez, campeona del mundo, con quien he compartido estos años.

Irati Idiakez Anthony Parra

Entre una deportista discapacitada y otra que no, ¿cuáles son las diferencias más notables al competir, las físicas u otras no tan visibles, como miedo, inseguridad…?

-Los miedos, las dudas, la inseguridad y demás; la discapacidad no depende de la persona y para eso es necesaria la psicóloga deportiva con la que trabajas aspectos como aprender a gestionar los nervios, la frustración y a tener felicidad. Son muchas emociones y hay que saber cómo manejarlas. Sin embargo, lo problemático es que en la competición no se nos vea y que por ello no tengamos tantas ayudas.

¿Por qué eligió el snowboard? ¿Lo practicaba antes de su accidente? 

-Nunca lo había probado; cuando me lo ofrecieron todavía estaba en rehabilitación, no sabía dónde estaba, ni lo que quería hacer. Me habían dicho que era importante que practicara deporte y siempre lo había querido probar, pero no lo había hecho, bien por lejanía bien porque mi familia tampoco lo hacía. Me lo propusieron y me encantó. Así que encontré el deporte de alta competición por casualidad.

Irati junto a una amiga Anthony Parra

¿Qué le diría a una persona con discapacidad para que practicara deporte, aunque no haya medallas, sino solo triunfos para la salud, el bienestar y el puro placer?

-El deporte, de por sí, me da muchos valores en la vida diaria, es libertad y bienestar; produce hormonas supernecesarias para la salud. Le diría que se pusiera objetivos realistas a corto plazo, y que poco a poco, vayan a por ellos. Se necesita mucha disciplina, constancia y que aspiren a lo que puedan dando lo mejor de ellas mismas. Pero sobre todo que sigan disfrutando del deporte, porque el deporte hace felices a las personas.

Que haya deportistas triunfadoras como usted, ¿influirá para que otras se animen a practicar más deporte?

-¡Ojalá! Por eso también pido que se visualice. Porque hacemos lo mismo que las personas sin discapacidad, metemos un montón de horas, sacrificamos muchísimo, pero tendría que visibilizarse más que las personas con discapacidad podemos hacer lo mismo. Por qué no influir para luchar por nuestros sueños y lo hagamos lo mejor posible.

¿Otros deportistas tienen sponsors que les facilita la práctica de deporte? ¿Usted lo ha conseguido también?

-No se incentiva ni se dan facilidades suficientes para la práctica del deporte a personas con discapacidad. Conseguir sponsors es muy trabajoso, pero intento buscarlos, porque es un deporte muy caro. Tengo la suerte de estar en un equipo nacional y me apoyan, pero es complicado. Con mi currículum deportivo sí que tengo alguna ayuda, como la de la empresa Cardiva, con sede en Zamudio, que me apoya económicamente y les estoy agradecida, pero cualquier otro patrocinio también me vendría muy bien.

Irati Idiakez Anthony Parra

Las medallas logradas son ya su gloriosa historia pasada, ahora le queda el futuro. ¿Cuáles son sus objetivos deportivos a corto y medio plazo?  

-Antes de los Juegos paralímpicos de invierno tenemos los mundiales del año que viene en Canadá. Este verano el plan es entrenar mucho, ponernos muy fuertes, porque el próximo invierno tenemos muchas copas del mundo y otros campeonatos para poder llegar fuertes y consolidar lo logrado en el anterior y ojalá algo más. En verano vivo en Getaria, de donde solo salgo cuando hay competiciones y en invierno vengo a Baqueira. Aquí entrenamos de 9 a 1 del mediodía en nieve y, según cómo vaya el entrenamiento hacemos algo de gimnasio, dependiendo del momento de la temporada.

¿Cuáles son sus máximos retos, el entrenamiento físico, la preparación técnica, la mentalización psicológica o quizá un buen puzzle de las tres?

-Son superimportantes las tres; al final, para poder rendir necesitas entrenar mucho en nieve, pero precisas estar fuerte a nivel físico, porque estamos en altura con frío muchas horas. También hay caídas y tenemos que evitar lesionarnos, sobre todo mentalmente, porque si no estás entrenada mentalmente o bien preparada tu cabeza, te puede jugar malas pasadas. Hay que entrenar mucho mentalmente con los miedos e inseguridades, saber gestionar los nervios. Al final, sin duda, necesito un buen puzzle de las tres.

A plazo más largo, cuando la competición deportiva ya no le dé medallas, ¿seguirá practicando deporte por mero placer y bienestar?

-Obviamente sí. No sé muy bien cuál va a ser el plan, porque no sé dónde voy a vivir y a qué me voy a dedicar, pero, la nieve, el medio ambiente, la montaña, me transmiten cosas que aportan mucho a mi vida y en la medida que pueda seguiré en ello, sin duda.

Irati Idiakez junto a otros esquiadores Anthony Parra

De cara al futuro profesional, ¿a qué se dedicará, a algo relacionado con el deporte?

-No tengo ni idea. Yo soy trabajadora social; después me saqué el máster de profesorado y no sé a qué me dedicaré. También me gusta cuando me invitan a charlas, pero la verdad es que no lo tengo decidido. En eso estoy un poco perdida.

En el mundo de la discapacidad no es suficiente con cambiar una palabra en la Constitución. ¿Qué echa en falta para una mayor integración de las personas con discapacidad tanto física como psíquica? 

-Por lo que más lucho es por no dar pena. Me falta un brazo, pero puedo hacer cosas que a personas con dos brazos les cuesta más. Todo es entrenamiento, trabajo, dedicación y creer en una misma. Lo que más echo de menos es la normalidad, que se nos vea como personas normales. Me falta un trozo de mi cuerpo, pero hago cosas como cualquier persona sin discapacidad. Al final se trata de que no se nos vea como bichos raros, que no demos pena, porque el accidente fue mala suerte, pero hemos salido adelante y seguimos luchando por nuestros sueños. Me gustaría que todo este mundo se vea normal, que se visibilice, porque al final, no verlo y ocultarlo es lo que hace que sea raro. Hay muchas personas en mi situación y hasta que no tuve el accidente no me di cuenta.

Irati Idiakez en una tabla de snowboard Anthony Parra

Personal


Irati Idiakez (Getaria, 1996). Diplomada en Trabajo Social. En 2017, durante su Erasmus en Chile, sufrió un accidente que acabó con la amputación de su brazo derecho. Entonces entró en su vida el snowboard convirtiéndose en su gran pasión. En 2021 se llevó el Globo de Cristal a la mejor deportista en su categoría en la Copa del Mundo y en 2022 consiguió dos platas en los Mundiales, a las que suma las tres melladas conseguidas en 2023 en La Molina. En su horizonte ya vislumbra los Juegos Paralímpicos de Invierno de 2026 en Milán-cortina d’Ampezzo. Una nueva meta a superar por una de las mejores deportistas mundiales de snowboard en la categoría SB-UL (discapacidad en extremidades superiores).