Decía Laurence Olivier que para ser actor “basta con aprenderse bien el texto y no tropezarse con los muebles”. El actor inglés era un genio de la interpretación. Sucede que alcanzar lo simple es sumamente complicado. La proporción áurea es la máxima expresión de ese concepto. El número de Dios gobierna la creación. La más rotunda belleza, la perfección, es capaz de reducirse a un cálculo. Desde la rueda, la pedalada, redonda, hasta las flores.

En Varese, la Città Giardino , la Ciudad Jardín, floreció, exuberante, Ilan van Wilder, al que nadie esperaba. Lo sorprendente, lo inesperado, el azar, la vida. El belga, que vive con gran inquietud la fusión del Jumbo con el Soudal, su equipo, escapó del dictado de las estrellas que todo lo fagocitan para vencer y, sobre todo, para reivindicarse. Orgullo y pasión.

Ni Roglic ni Pogacar pudieron someter la rebeldía del belga. Entre tanta prosa, un reducto de esperanza y poesía. Son malos tiempos para la lírica. También para la reivindicación y la dignidad, pero qué le queda al ser humano cuando se le despoja de todo. La ley del mercado repele a los románticos. Los aborrece.

"No estoy de acuerdo con esta mierda"

“Son semanas complicadas. Esta victoria es para mis compañeros y el staff. Quiero mostrar que no estoy de acuerdo con esta mierda y que queremos continuar en Soudal. Somos suficientemente fuertes y deseo que sigamos como equipo”, exclamó el belga, contrariado y con el gesto hosco ante la probable fusión entre el Jumbo y el Soudal.

Van Wilder rechaza esa idea, que cada vez tiene más de absorción que de consenso. El belga era un lobo herido. Nada más peligroso que un animal salvaje herido y acorralado.

“Son semanas complicadas. Esta victoria es para mis compañeros y para el staff. Quiero mostrar que no estoy de acuerdo con esta mierda y que queremos continuar en Soudal. Somos suficientemente fuertes y deseo que sigamos como equipo”

Ilan van Wilder - Ciclista del Soudal

El verso libre de Van Wilder mordió con las fauces sedientas de venganza. Escapó de la lógica y de la jerarquía que establecen los patricios. La lucha de clases nunca duerme.

Van Wilder, un buen escalador, porteador de Evenepoel, hizo cima con la victoria en el Tre Valli Varesine, otra clásica que sirve como ensayo general para Il Lombardia, el monumento que cierra el curso salvo alguna llevada que otra.

El belga, de 23 años, vencedor del Tour de Alemania, completó una magnífica actuación para elevarse sobre un grupo repleto de luminarias. Pogacar, Roglic, Carapaz, Vlasov, Mas, Woods, Izagirre

Van Wilder interpretó de maravilla el final. Frescas las piernas, se movió con determinación tras la sacudida de O’Connor. Eso le situó en cabeza, mientras los máximos favoritos hacían cálculos en el ábaco.

Nadie se movía para no gastar más de lo necesario. Atenazados por el miedo. Van Wilder corrió como si no hubiera mañana. Tal vez lo haya, pero a él le disgusta.

No cree en el futuro. Como el movimiento punk. Pogacar, al que derrotó Roglic en el Giro dell’Emilia, no quería repetir la coreografía. El joven esloveno dijo que en San Luca se equivocó con el ataque. Quemó pólvora. Cuando Roglic encendió la hoguera hizo cenizas a Pogacar.

Pendientes de Roglic y Pogacar

Esposados ambos por las cadenas de la ambición, por su pulso, por el duelo que les cose en cada escenario, Van Wilder supo desencadenarse en el momento exacto. El belga, atento a ese juego mental entre los dos eslovenos, un imán que atraía también al resto de nobles, se lanzó a por todas. Instinto animal. El resto se fijó en el diván. El dedo y la Luna. Esa falta de reacción, detonó sus posibilidades. Van Wilder tomó aire. Olfateó la presa.

Notable actuación de Ion Izagirre

En el retrovisor bailaban las dudas como en un sudoku. Rellenar los huecos no era sencillo. Ion Izagirre se encoló a la cordada. El de Ormaiztegi, fenomenal, se enroscó entre los mejores. Van Wilder, en solitario, era un canto a la libertad. Carapaz, siempre enérgico, se adelantó al grupo. El ecuatoriano, repleto de garra, desconchó al resto.

Carapaz se adelantó al esprint de los nobles, donde se impuso Vlasov por delante de Roglic y Pogacar. Izagirre finalizó en octavo lugar en Varese. En la ciudad jardín, inalcanzable, brotó el belga con la furia que sólo conceden las ganas de vivir.

Floreció en la penumbra Van Wilder. Una flor entre los escombros. Cuestión de supervivencia. La poesía frente a la prosa. Un canto a la libertad. Un joven lobo herido que pelea por la manada de Lefevere. Van Wilder reivindica al Soudal.

PRIMOZ ROGLIC SE ACERCA AL BORA


Mercado. Primoz Roglic, uno de los ciclistas más brillantes del pelotón, estaría cerca de firmar con el Bora las próximas campañas, tal y como informó La Gazzetta dello Sport. Según el diario italiano la operación estaría finiquitada y sólo quedaría el anuncio oficial del fichaje del esloveno por la escuadra alemana.

Roglic anunció que abandonaba el Jumbo, donde ha corrido ocho cursos. Richard Plugge, patrón de la formación, confirmó que dieron vía libre a Roglic para que continuara buscando retos. Al parecer, el Bora es su próximo destino.

Mozzato y Hagenes vencen. En Bélgica, en la Binche-Chimay-Binche, la victoria fue para Luca Mozzato, que pudo con Theuns y Kragh Andersen, que no advirtieron la remontada del italiano en su disputa.

En la Sparkassen Münsterland disputada en Alemania, el triunfo fue para Per Strand Hagenes en solitario. El joven noruego de 20 años pudo con Groves y Pedersen.