Darío Gómez y Aitor Elordi se encuentran en vías cruzadas en el Manomanista. Este domingo se citan en el Ogueta de Gasteiz en busca de la final del 4 de junio en el Bizkaia de Bilbao. El premio es gordo, pues da acceso a la cita más grande del curso manista profesional. Uno de los dos estrenará participación en una cita por la txapela de Primera. En la otra orilla, en el compromiso fijado para el sábado en el Labrit, hay dos viejos conocidos: Joseba Ezkurdia y Jokin Altuna. El delantero de Arbizu es el actual subcampeón, mientras que el amezketarra suma dos txapelas (2018 y 2021) y una final perdida (2020).

 

Elordi afronta su primera semifinal dentro de la especialidad en un campeonato al que entró de refilón. Por el camino quedaron en la cuneta Mikel Urrutikoetxea (11-22) en octavos y Danel Elezkano (19-22) y el campeón Unai Laso (16-22) en cuartos. Solamente ha caído con Altuna III, que le dio la vuelta: del 15-18 al 22-18. 

Darío, en cambio, ya fue de la partida en la antesala de la final en 2020. Se encontró con el mago de Amezketa, que le endosó un 22-15 en un bonito choque. Cabe recordar que el riojano venía de ganar la txapela de Promoción. 

Aquel título, el único que posee el pelaire en la élite manista –perdió la final del acotado de plata en 2016 ante Jaka (22-10)–, lo conquistó precisamente ante Elordi. Regresan al pasado. La vuelta al mundo en cuatro años. Evolución.

El 25 de mayo de 2019, Darío y Aitor se encontraron en la final del Manomanista de Segunda en el frontón Labrit de Iruñea. El riojano, llamado a ser un gran individualista tras un paso por el campo aficionado fructífero, se llevó el gato al agua por un claro 22-12. Darío aprovechó su pegada para mantener a su adversario lejos del frontis. El objetivo: evitar el olfato del mallabitarra, letal en las distancias cortas. El de Ezcaray arrancó con un 16-1 de salida. Reaccionó el vizcaino: 17-11. Hizo daño con el saque y ganó incidencia en el peloteo. Balón de oxígeno. Darío no se vino abajo y aprovechó un yerro rival para ganar crédito. Acabó 22-12. El cartón del mallabitarra fue un error del riojano. Cuatro años después, con mucho trabajo de ambos a la sombra, esperan alcanzar una final gigantesca. Aitor aterriza con el chute de energía que le dio la txapela del Parejas.