Este próximo 11 de junio se celebra después de tres años de espera, dos los habituales al ser prueba bianual y otro por la pandemia, en los montes cercanos a la capital alavesa la bien denominada prueba de fondo de Los Montes de Vitoria. Esta conocida carrera viene avalada por la organización de la Sociedad Excursionista Manuel Iradier, que de esto sabe un rato ya que a sus espaldas tiene también la responsabilidad de pruebas como la grandiosa, en todos los sentidos, Hiru Haundiak.

Ya desde muy temprano tomaremos, en Mendi, los autobuses que nos llevaran a la salida de Ullibarri-Jauregui. Puntualmente, a las 6 de la mañana se dará la salida. El primer monte será Itxogana en el cinco y medio después de dos kilómetros iniciales sencillos con los tres y medio restantes menos cómodos, ya con las primeras luces del amanecer. Tras un pequeño descenso y pasar por la modesta cima de Elabe, un kilómetro duro antes de llegar al segundo, Indiagana. Bajada rápida al pueblo de Azáceta, kilómetro 9 y primer avituallamiento de la carrera.

Una cómoda subida nos lleva a Arraialde. Por delante un largo descenso, con algún repecho, eso sí, pasando por bosques, donde el terreno se presentará resbaladizo y con cierta dificultad en algún tramo. Al final espera la balsa de Ixona, donde estará situado el segundo avituallamiento con algo de solido en el kilómetro 19. Saldremos de Ixona, para subir la que a mi parecer es una de las rampas más duras de la carrera, Almurrain. Solo 800 metros de cuesta, pero junto con Busto, la de mayor porcentaje en cuanto a desnivel salvado. 

Una vez hecha la cuarta vamos a por el Kapildui. La subida más larga de la prueba, con algún tramo para recuperar, justo antes de los dos kilómetros finales antes de la cima. Pasado el control de cima y el buzón de Butxisolo, bajaremos los corredores a Okina, donde está la mitad de la carrera, mucha gente siguiendo la prueba y por supuesto, el avituallamiento más importante de la misma.

Kilómetro 31 y superando la exigente subida a Zalbizkar llegamos a un terreno, que, si hemos guardado fuerzas, ganaremos tiempo, ya que se presta al trote. Disfrutamos ademas de unos de los tramos más vistosos en cuanto a paisajes y bosques. Al final queda la subida a Lendiz para coronar en el kilómetro 42. Dos más tarde, en el puerto de Vitoria llegaremos a un nuevo avituallamiento.

La última parte de la carrera es donde se encuentran las zonas más conocidas para los corredores, ya que al estar cerca de Vitoria se prestan más al entreno por ellas. Pero no hay que confiarse ya que ya llevamos una maratón en las piernas y quedan subidas duras. Y cuidado con el calor porque muchos pasaremos por aquí a las horas centrales del día. Tras pasar Arrieta bajamos a otro avituallamiento, justo en la carretera del puerto de Zaldiaran.

Subida mixta al Zaldiaran y justo después de un kilómetro de bajada la exigente subida a Busto. Son solo 500 metros, pero muy duros sumados a que es kilómetro 52. Quedan 10 kilómetros a meta y entre medias la corta subida al castillo de Eskibel. Si nos quedan fuerzas, podremos apretar hasta meta por terreno favorable por el bosque de Armentia y por las calles de Vitoria. La meta estará situada, como en otras ediciones, en el Estadio. 

Tan solo me queda desear suerte a tod@s los que este sábado corran. Darles mi enhorabuena ya solo por ponerse en la línea de salida de una prueba tan exigente. Lo duro no es el día de la carrera sino todos los entrenamientos anteriores a ese momento. Ahora toca disfrutar, en la medida de lo posible, de la XIII edición de los Montes de Vitoria. ¿Corréis conmigo?