El Gran Premio de España sirvió sobre el asfalto de Jerez un duelo entre el campeón y el subcampeón de MotoGP. Francesco Bagnaia y Fabio Quartararo ofrecieron una superioridad dominante, “un ritmo de locos”, que diría el francés, que sucumbió ante un Bagnaia superlativo que recordó al piloto del tramo final de la pasada temporada, excelso en su pilotaje, inmaculado sin errores. El italiano es el quinto ganador en seis carreras disputadas; 11 de los 24 pilotos de la categoría reina ya han pisado el podio. El campeonato es una coctelera. Aunque Quartararo aprovecha la diversidad para empezar a abrir brecha.
Quartararo buscó frenar al poleman Bagnaia en la vuelta inaugural. Pecco rodaba desatado en cabeza, conPecco El Diablo, que afianzó medio segundo de ventaja sobre el segundo grupo en apenas un giro al trazado.
En la quinta vuelta Bagnaia elevó la apuesta: estableció un nuevo récord del circuito. Solo Quartararo sostenía el pulso, ambos rodando con una dulzura que parecían viajar asentados sobre raíles. Como un Scalextric. Pero el ritmo consistente del piloto de Ducati le hizo ceder medio segundo al líder del campeonato. Por detrás, Jack Miller, Marc Márquez y Aleix Espargaró aparecían alejados por tres segundos. El australiano ejercía de tapón para los dos catalanes.
El circuito Ángel Nieto posee dos o tres puntos de adelantamiento que exigen de la asunción de riesgo para ganar posiciones y ante semejante igualdad mecánica, las cinco primeras plazas permanecieron inamovibles hasta el tramo final de carrera.
En cabeza, Bagnaia llegó a gozar de 8 décimas de ventaja sobre Quartararo, quien, todo pundonor, se resignó a ceder la victoria. Empujó hasta la última curva. Pero Bagnaia controló siendo inflexible, soberbio, pese a que en la cita previa se lesionó un hombro. “Volvemos a vivir nuestro potencial, que es incluso mayor que el año pasado”, sentenció Pecco, que se reengancha al Mundial con su brillante conquista.
La salvada de Márquez
Detrás, Márquez corrió encadenado a la impotencia, incapaz de desembarazarse de Miller. A cinco vueltas del final desató la guerra. Completó un adelantamiento espectacular a la par que arriesgado. Quiso abrir hueco para contrarrestar el potencial de la Ducati de Miller y la Aprilia de Aleix Espargaró y cometió un fallo en la curva 13. Perdió el tren delantero y llegó a inclinar la Honda a 66 grados. Marc salvó la caída tras sostenerse y levantar la moto con el codo y la rodilla izquierdos, como en los buenos tiempos. Estilo Márquez. “Cuando ya estaba en el suelo, la afición de Jerez me ha levantado”, expresó.
El error de Marc lo aprovechó Aleix, que ganó dos plazas en ese mismo ángulo para ir directo a por el segundo podio consecutivo de la marca italiana, lo que nunca había sucedido. Gracias a sus resultados, Aprilia pierde las concesiones para el próximo año. El progreso es evidente.
Espargaró brilló en la estrategia. Está ante la temporada de su vida y, por el momento, está sabiendo gestionar sus opciones. “Era más rápido pero no podía adelantar (a Márquez y Miller). Dije: ‘voy a esperar a que cometan un error’”. Tanto Marc como Jack pecaron en la misma curva. Aleix acabó tercero y es segundo en el Mundial, a 7 puntos de un Quartararo abrochado a la regularidad.
El Diablo superó una grata jornada para el intento de reeditar su títuloEl Diablo . Dejó atrás a todos sus inmediatos perseguidores, algunos de ellos protagonizaron además resultados desastrosos: Álex Rins, que era colíder, se salió de la pista y acabó 19º, mientras que Enea Bastianini fue octavo. Ambos se descuelgan a 20 puntos de distancia. Johann Zarco sufrió una caída y Joan Mir terminó en sexto lugar. Bagnaia figura a 33 puntos del liderato, al igual que Mir. Marc Márquez cerró la prueba en la cuarta plaza, celebrando su mejor resultado del año, y está a 45 puntos del líder. Es decir, Quartararo comienza a dar forma a sus ilusiones de campeón. En paralelo, Bagnaia recupera su mejor versión.