- Jon Rahm afronta desde hoy una cita que le gusta y le motiva. Llega al WGC Match-Play de Austin como número 1 del mundo por cuadragésimo tercera semana y como principal favorito en muchas apuestas. Pese a sus últimos resultados, sigue siendo uno de los jugadores a batir en cualquier torneo, también en este en el que compiten 64 de los 69 primeros del ranking mundial. “Mi juego está mejor de lo que parece por las estadísticas”, comentó el de Barrika en el campo texano que ya le ha visto brillar. En 2017 perdió la final ante Dustin Johnson y el año pasado llegó a cuartos de final. Rahm es el mejor del PGA Tour en golpes desde el tee y está dentro del top 10 en la aproximación al green, pero solo es el 139º en eficacia con el putt. “Con esos números de tee a green, es imposible estar entre los 20 mejores con el putt, salvo que gane todos los torneos por ocho golpes”, contestó cuando se le preguntó por sus problemas recientes alrededor de las banderas. “Que podría estar mejor, sí. Pero no estoy preocupado”, aseguró.
El formato de match-play, de hoyos ganados, se le da bien porque le hace sacar esa mentalidad suya de luchar hasta el final. “Aunque queden seis hoyos y pierdas por cinco, hay que seguir peleando, hay que intentar ganar los seis. No necesitas jugar perfecto”, señaló, “solo necesitas jugar al golf y batir al que tienes al lado”. Jon Rahm jugará hoy contra el colombiano Sebastián Muñoz, mañana contra el debutante Cameron Young y el viernes contra Patrick Reed, un enemigo de cuidado en este formato.
El primero del grupo pasará a las eliminatorias del sábado. Por el lado del cuadro de Rahm, viajan rivales de mucha entidad como Dustin Johnson, Brooks Koepka, Patrick Cantlay, el reaparecido Bryson DeChambeau o los dos finalistas de año pasado, el campeón Billy Horschel y Scottie Scheffler, que eliminó al vizcaino. Este Mundial Match-Play siempre es imprevisible, el favoritismo cuenta poco y en todo caso, cuatro jugadores vuelven a amenazar el reinado de Rahm: Morikawa, Hovland, Cantlay y Scheffler. Todos tratarán de sacar su mejor juego en un torneo en el que cada golpe es importante y que el de Barrika define con dos palabras: “Es divertido”.